Río de Janeiro (Lunes, 05-05-2014, Gaudium Press) «La memoria de San José Obrero se viene celebrando litúrgicamente desde 1955. La Iglesia recuerda así -siguiendo el ejemplo de San José y bajo su patrocinio-, la valorización del ser humano y la cuestión sobrenatural del trabajo», escribe el Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta, en su más reciente artículo sobre el ejemplo de vida de San José Obrero.
De acuerdo con Mons. Orani, «todo el trabajo humano es colaboración con la obra de Dios Creador, y, por Jesucristo, se convierte en la medida del amor a Dios y de la caridad con los otros en verdadera oración y en apostolado».
Para el Cardenal, «San José es el modelo ideal de obrero y de hombre que vivió la caridad», pues él consiguió sustentar su familia durante toda la vida con el trabajo de sus propias manos, cumpliendo siempre sus deberes con la comunidad.
Mons. Orani explica que, al enseñar al Hijo de Dios la profesión de carpintero, José «permitió que las profecías se cumpliesen y su pueblo fuese salvado, así como toda la Humanidad».
«La Iglesia, al presentarnos a San José como modelo, no se limita a alabar una forma de trabajo, sino la dignidad y el valor de todo el trabajo humano honrado».
Comentando la primera Lectura de la Misa en honra al Padre nutricio de Nuestro Señor Jesucristo, sobre el pasaje de Génesis, en que el hombre surge como participante de la Creación, el purpurado aclaró que el trabajo fue desde el principio un precepto para el hombre y una exigencia de su condición de criatura y expresión de su dignidad, así como la forma como colabora con la Providencia Divina sobre el mundo.
Luego, Mons. Orani resalta que «es hora de que todos nosotros, cristianos, anunciemos bien alto que el trabajo es un don de Dios».
Todo el trabajo, prosiguió el Cardenal, es testimonio de la dignidad del hombre y de su dominio sobre la creación, siendo este el medio de desarrollo de la propia personalidad, vínculo de unión con otros seres, fuente de recursos para el sustento de la familia y medio de contribución para el progreso de la sociedad.
Al final del artículo, el Arzobispo solicita a los fieles pedir a San José Obrero para que nos enseñe a tener la presencia de Dios y a ejercer la caridad que él tuvo mientras ejercía su oficio, sin olvidarnos de la intercesión de la Virgen María. (LMI)
De la redacción Gaudium Press, con informaciones Arquidiócesis de Río de Janeiro
Deje su Comentario