Ocho países más son “preocupantes” para comisión estadounidense sobre libertad religiosa

Washington (Lunes, 05-05-2014, Gaudium Press) La Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos presentó su informe 2014, el décimo quinto elaborado sobre la situación mundial en esta materia. En esta edición, la comisión pidio incluir ocho nuevos países en la categoría de Países de Particular Preocupación y mantener los siete actualmente clasificados por las continuas restricciones y abusos registrados contra las minorías religiosas, en muchos casos afectando directamente a las comunidades cristianas.

Nigeria sería agregada a la lista a causa de los reiterados ataques del grupo terrorista Boko Haram a los cristianos, aún no controlados por las autoridades.

Los siete países ratificados en su condición de «preocupantes» son: Birmania, China, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Arabia Saudita, Sudán y Uzbekistán. Entre estos países se destaca con particular notoriedad Corea del Norte, país comunista aislado de la comunidad internacional que impide el ingreso y desarrollo de cualquier actividad religiosa o evangelizadora y que promueve un activo culto a la personalidad de sus líderes políticos. China es otro exponente de un gobierno que pretende controlar la religión a través de organismos oficialistas como la Asociación Patriótica que, en el caso de la Iglesia católica local, pretende suplantar la autoridad de la Santa Sede en la administración y los nombramientos. Otros casos corresponden a países con presencia de grupos radicales o legislaciones que afectan negativamente a las minorías.

Los nuevos países que el informe pide incluir en la lista son Egipto, donde persisten legislaciones restrictivas después del intento de radicalización del estado; Irak, donde la presencia cristiana podría desaparecer en algunos años; Siria, con casos extraordinariamente graves de violencia anti cristiana durante la guerra; Pakistán , donde la legislación sobre blasfemia admite la pena de muerte a los infractores, frecuentemente injustamente acusados; Tayikistán, Turkmenistán, Nigeria y Vietnam. Este último aún limita la libertad religiosa sobre todo en regiones rurales, pero a pesar de esto es uno de los países con mayor crecimiento de la Iglesia. La inclusión de Nigeria no se debe a sus políticas estatales sino a la incapacidad de las autoridades de contener la acción del grupo radical islámico Boko Haram, que continúa atacando reiteradamente a las comunidades cristianas.

Un imperativo humanitario

La introducción del documento, titulada «Por qué importa la libertad religiosa», comienza relatando el caso del líder católico paquistaní Shahbaz Bhatti, quien era Ministro para los asuntos de las minorías y quien fue asesinado en 2011 por un grupo radical por criticar la ley antiblasfemia de su país y la condena a muerte de la católica Asia Bibi. Un mes atrás, el gobernador de Punjab, de religión musulmana, ya había sido asesinado por el mismo motivo. Este y otros episodios de violencia y represión ilustran la importancia de la libertad religiosa, ligada a la libertad de pensamiento y de conciencia, que permite a las personas «vivir sus creencias abiertamente, pacíficamente, y sin miedo», destacó el informe. «Más que imponer creencias, se trata de proteger el derecho de las personas a creer y permanecer fieles a sus convicciones más profundas».

El informe citó las palabras del Beato Cardenal John Henry Newman, convertido del anglicanismo a la Iglesia Católica en 1845. El Beato, citado como un «gran pensador religioso inglés», afirmó que «la conciencia tiene derechos porque tiene deberes». Esta frase fue interpretada como uno de los motivos para proteger la libertad religiosa: «Nosotros honramos los derechos de conciencia en materia de fe porque las personas deben ser libres para llevar vidas de autenticidad e integridad cumpliendo lo que ellos creen son sus obligaciones solemnes». Según el informe, por lo menos el 84% de los habitantes del mundo considera la religión como una realidad determinante en su vida.

El quinto informe calificó la defensa de la libertad religiosa como «un imperativo humanitario y una necesidad práctica. Traicionarla es traicionar la naturaleza humana y el bienestar, afirmarla es afirmar nuestra propia humanidad». El documento solicitó a las autoridades de Estados Unidos desarrollar una estrategia de intervenciones de alto nivel en los países señalados, demostrar la importancia del tema en su agenda y dedicar mayores recursos a la promoción internacional de la libertad religiosa, esfuerzos en los que solicitó la participación del Congreso del país.

Con información de Agencia Zenit y Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos.