Ginebra (Jueves, 08-05-2014, Gaudium Press) El Observador Permanente de la Santa Sede ante la sede de las agencias de la ONU en Ginebra, Suiza, Mons. Silvano Tomasi, realizó una presentación de las acciones que la Iglesia ha hecho «de una forma sistemática, constructiva y efectiva» para garantizar la protección de los menores de edad. Su intervención fue hecha ante el Comité contra la Tortura en respuesta a la solicitud de algunos delegados y permite a la Santa Sede aclarar la información como ha sido su intención de forma consistente.
Mons. Silvano Tomasi,Observador Permanente de la Santa Sede ante la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. Foto: UN Geneva. |
El prelado indicó que los casos de abusos constituyen un «escarnio y una plaga mundial» (de hecho afecta a todos los sectores y únicamente de forma minoritaria a la Iglesia) y que la Santa Sede está profundamente comprometida a erradicar este mal, al igual que las Conferencias Episcopales, las Diócesis y las órdenes religiosas. Como expresión de este compromiso, Mons. Tomasi expuso cifras de acciones adelantadas, que incluyen 848 sanciones de retiro total a sacerdotes involucrados en los últimos 11 años y 2572 sanciones severas que siempre incluyeron la prohibición de todo contacto con menores de edad y que en muchos casos significaron la prohibición de todo ministerio público. La mayoría de denuncias corresponden a posibles hechos ocurridos de 1950 a 1989.
Las cifras exhiben la que es probablemente la acción más grande al interior de una organización con el fin de prevenir cualquier riesgo para los menores, y que se suma notables inversiones en programas de prevención en los países que han presentado casos en décadas anteriores. La reciente creación de una Comisión dedicada por entero a promover políticas y programas de protección a los menores en toda la Iglesia es otra muestra de la decidida acción para erradicar por completo cualquier riesgo para los niños.
El prelado aclaró que la Santa Sede sólo tiene jurisdicción legal sobre los ciudadanos del pequeño Estado de Ciudad del Vaticano, y que los miembros de la Iglesia se someten a las leyes civiles de cada Estado y comparecen de acuerdo a los procesos y normas de cada lugar.
A pesar de que la presentación de Mons. Tomasi era una oportunidad querida por la Iglesia para aclarar este tema, existe una «divergencia de opinión» frente a la pertinencia del mismo ante la Convención de las Naciones contra la Tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. De hecho, una de las preguntas realizada por el vicepresidente del Comité no se refirió a este tema, sino al rechazo del aborto por parte de la Iglesia en toda circunstancia. «Consideramos el derecho a la vida como no negociable», respondió el Representante de la Santa Sede. La Iglesia «condena la tortura, incluyendo la de quienes son torturados y asesinados antes de nacer».
Con información de Catholic News Service.
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