Punta de Tralca (Lunes, 12-05-2014, Gaudium Press) Con una eucaristía celebrada el pasado viernes 09 de Mayo, en la Casa de Retiros ubicada en la localidad costera de Punta de Tralca, concluyó la 107ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) que contó con la presencia de casi la totalidad de los obispos actualmente en ejercicio.
Tras el oficio religioso, los prelados dieron a conocer su Mensaje Conclusivo titulado «Caminos de justicia para una sociedad fraterna», que en esta ocasión se refirió acerca de las reformas políticas que actualmente se promueven en el país, las tragedias que han afectado a los chilenos y el valor de la vida, la familia y la educación.
En su misiva, los pastores destacan que «el país asiste al planteamiento de una serie de proyectos de ley que buscan impulsar reformas en distintos ámbitos. Son iniciativas relacionadas con el sistema político, tributario, educacional, la familia y la vida. Algunas de ellas, en principio, se perciben como necesarias e incluso urgentes, para caminar en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y fraterna, con una clara preocupación por los pobres y excluidos que generan esperanzas en un Chile mejor. Otras, relacionadas con la familia y la vida, nos suscitan graves preocupaciones».
A juicio de las autoridades religiosas, estos grandes temas deben ser «convenientemente debatidos, con una gran capacidad de escucha, y con el tiempo necesario para un auténtico diálogo con todas las instancias necesarias», ya que estos importantes cambios deben efectuarse «respetando al mismo tiempo los grandes valores que están en la base de nuestra cultura e identidad chilena».
Ante la tragedia, una respuesta solidaria
Sobre el terremoto que afectó al norte de Chile y el mega incendio que daño los cerros de Valparaíso, los obispos destacaron que «resulta esperanzador apreciar cómo los chilenos no somos indiferentes ante el dolor y emprendemos variadas iniciativas para ir en ayuda de los damnificados. Nos ha alegrado el despliegue de tantos jóvenes que se han acercado a ofrecer su colaboración. El espíritu solidario constituye un patrimonio precioso que debemos valorar y agradecer».
Protección de la vida: un patrimonio de civilización
«El pueblo chileno valora la vida. Nos duele la muerte, cualquiera sea su causa. Por eso también la Iglesia católica, en el reciente pasado, defendió tenazmente los derechos humanos y apoyó la abolición de la pena de muerte en Chile, así como el cuidado histórico de la vida en situaciones de vulnerabilidad social hasta hoy. Son todos pasos de gran civilidad. No quisiéramos que este patrimonio de civilización se viera obstaculizado por iniciativas legislativas que buscan introducir el aborto en Chile, en determinadas circunstancias», expresaron en otra parte de su mensaje.
Y agregaron: «Conocemos dramáticas situaciones en la gestación de una nueva creatura humana y solidarizamos con el dolor de aquellas madres que, por desgracia, muchas veces deben asumir desamparadas su situación. Ella y su hijo son dos víctimas inocentes y de cuyo clamor debemos hacernos cargo. Pero sabemos que el aborto nunca será una solución para una mujer y su entorno, y también sabemos que un aborto selectivo abre las puertas para el aborto a todo evento. Introducir el aborto, sea cual sea la causa que la sustente, es un golpe al `alma de Chile´».
La protección de la familia es un imperativo ético
Sobre el rol y valor de la familia, los obispos manifestaron su preocupación ya que «hemos constatado cómo paulatinamente se ha ido empobreciendo la valoración del matrimonio y se le ha intentado equiparar a otro tipo de relaciones afectivas. La familia fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer, y la protección de la vida son imperativos éticos que surgen de la misma razón humana y que la propia Constitución de Chile protege».
«Invitamos a las autoridades a promover la familia fundada en el matrimonio y custodiar la vida. Ese es el camino que quiere recorrer una gran mayoría de los chilenos. Además es la manera que tiene la comunidad para poder responder adecuadamente por los adultos mayores, que muchas veces terminan sumidos en la pobreza y el abandono por la carencia familiar», señalaron.
Finalmente los obispos hicieron un llamado a los creyentes y personas de buena voluntad para trabajar por el bien común del país. «Invitamos a todos a acoger esta declaración motivada por el interés de promover el bien común. Del mismo modo, invitamos a generar entre todos un ambiente de amistad cívica que permita grandes acuerdos para buscar el bien del país fomentando el diálogo respetuoso y fecundo entre todos», concluyeron.
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