Ciudad del Vaticano (Lunes, 12-05-2014, Gaudium Press) En la Basílica vaticana de San Pedro, ayer el Papa Francisco ordenó presbíteros a 13 diáconos, a quienes dirigió especialmente una extensa y profunda catequesis de su futuro ministerio sacerdotal, e instó a ser solícitos en la manifestación de la misericordia del Señor, particularmente en el sacramento de la confesión.
«Después de una profunda reflexión vamos a elevar al Orden de los Presbíteros a nuestros hermanos, para que al servicio de Cristo, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Cristo», indicó el Pontífice.
Foto: Radio Vaticano |
Estos diáconos «serán configurados a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento. Y con este título que les une a su obispo en el sacerdocio, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios y presidirán los actos de culto, sobre todo la celebración del sacrificio del Señor», resumió el Papa.
A los diáconos, «amados hijos», el Papa pidió que «lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, para enseñar lo que ha aprendido en la fe, para vivir lo que han enseñado». El Pontífice pidió en su predicación fidelidad a la doctrina legada por Cristo.
Al tiempo que instó a los nuevos sacerdotes a edificar la casa de Dios con la palabra y el ejemplo, les recordó que ellos se tornan con el sacerdocio continuadores de la obra santificadora de Jesús: «Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios; con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia».
«Siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada». El Pontífice indicó a los neo-sacerdotes el amplio ejercicio de la misericordia, particularmente con los penitentes.
«Con el óleo santo darán alivio a los enfermos; celebrando los ritos sagrados y rezando la liturgia de las horas, serán la voz del pueblo de Dios, y de toda la humanidad. Conscientes de haber sido elegidos entre los hombres para atender las cosas de Dios, ejerciten con alegría y caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando agradar a Dios y no a ustedes mismos», continuó el Papa.
Finalmente el Papa Francisco recordó el dictamen de San Agustín advirtiendo sobre los presbíteros que en su ministerio no buscan agradar a Dios sino a sí mismos, e invitó a los ordenandos a constituir una verdadera familia, en unidad con su obispo y fieles, rumbo al seno de Dios Padre.
Con información de News.va
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