Nueva York (Viernes, 16-05-2014, Gaudium Press) Durante la conmemoración del vigésimo aniversario del Año Internacional de la Familia declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1994, el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Mons Vincenzo Paglia, se dirigió a miembros del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos del Consejo Social y Económico de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, para motivar el compromiso en favor de la protección y fomento de la familia. El tema de la celebración del Día de las Familias 2014 fue «Las Familias importan en el Logro de los Objetivos de Desarrollo», tema al cual se refirió el prelado el pasado 15 de mayo, ampliándolo desde la luz de la enseñanza de la Iglesia.
Mons Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia. Foto: Mons. Paglia. |
«Mi mensaje hoy es que la familia no sólo ‘importa’, sino que está en el núcleo mismo del desarrollo humano, indispensable e irreemplazable, a la vez que hermosa y acogedora», expuso Mons. Paglia. El Arzobispo describió la familia como un «recurso precioso» y una «incomparable fuente de vida» para todos los aspectos y dimensiones de la existencia humana. «La familia es el camino correcto para viajar en la senda del desarrollo humano», afirmó.
El aporte único de la familia
Mons. Paglia describió cómo la familia combina en su relación las diferencias entre lo masculino y lo femenino, lo paternal y lo filial, al tiempo que se opone al egoísmo y consigue la armonía entre la individualidad de sus miembros y su vínculo de unión y reciprocidad. Además, la familia provee una estabilidad cada vez más escasa en el mundo moderno y un lugar donde se forman relaciones auténticamente profundas y determinantes. En la sociedad actual, el cambio constante permite evadir al otro y aislarse para evitar cualquier confrontación, «y la vida se convierte en un gran pasillo de espejos, una gran cámara de eco», alertó el prelado. «En la familia, sin embargo, el ‘otro’ no puede ser ignorado».
Las familias son el motor de desarrollo y ayuda mutua natural en las situaciones difíciles. En la imagen, una fmailia de superviviventes del supertifón Hiyan (yolanda) en Leyte, Filipínas, a pocos días de la tragedia. Foto: Cáritas Internationalis. |
Por esto, la familia, como «estructura única», es el lugar donde se aprende a valorar al otro y «no es sólo un recurso, sino también un afluente que empodera la interacción social entre nosotros y quienes son diferentes a nosotros, pero sin acabar nuestras diferencias», expuso. La paternidad fue señalada como un ejemplo de aprendizaje de esta valoración y del amor sin preferencias, ya que en medio de la relación familiar «el niño, felizmente y por lo menos hasta ahora, no es seleccionado. Y el niño no selecciona su madre y su padre», indicó.
«La historia muestra que es la familia la que ha hecho posible lo que llamamos comúnmente desarrollo», recordó el Presidente del Pontificio Consejo. En los momentos y culturas donde faltan elementos a las familias se dificulta el desarrollo, y han sido las familias las prinicpales promotoras de la educación, el emprendimiento y la mutua ayuda. Las relaciones que la familia genera y protege formaron las ciudades , las sociedades y la noción de ciudadanía, como lo recuerda el autor clásico Cicerón, citado por el Arzobispo: «La familia es el comienzo de la ciudad y es, como fue, el semillero de la república».
Defender y promover la familia
A pesar de que la familia se ha ido perfeccionando a sí misma, por ejemplo valorando la relación entre los esposos más allá de la noción de «posesión», sus características centrales deben conservarse y protegerse. Mons. Paglia alertó sobre la actual crisis de la familia, expresada en el divorcio, los nacimientos fuera del matrimonio, un menor número de matrimonios, que motivan incluso sugerencias de abolición de la institución familiar. Por el contrario, el prelado explicó que la crisis debería transformarse en una oportunidad e crecimiento. «Depende todo de nosotros, y deberíamos estar decididamente atentos a los deseos profundos de los hombres y mujeres», indicó.
EL Arzobispo advirtió que «no hay mejor lugar que la familia para humanización completa de quienes nacen», y que la familia constituye, «paradójicamente gracias a sus defectos y límites, el lugar del misterio de la vida y de la historia», donde «el individuo está protegido en su individualidad y la sociedad está protegida contra la defragmentación». La Iglesia Católica guía y alienta la protección de las familias y motiva a las familias de creyentes a ser «participantes activos en el fermento de la sociedad que mueva a todas las personas a una cultura de solidaridad».
Con información de Sal + Light.
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