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Jerusalén (Sábado, 17-05-2014, Gaudium Press) El Hospital Francés de San Luis en Jerusalén, Israel, exhibe ahora un tesoro que permaneció oculto hasta que un accidente lo hizo salir a la luz: Una sala bellamente adornada con frescos del siglo XIX que ilustran la historia de los Cruzados. El lugar era empleado como depósito hasta que un tubo de agua se rompió y los trabajos de reparación revelaron la antigua decoración bajo la capa de estuco y pintura modernos.
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| Hospital Francés de San Luis. Foto: HFSL. |
Con parte del ambiente de preparación de la visita del Papa Francisco a Tierra Santa, la Autoridad de Antigüedades de Israel permitió el acceso de la prensa al lugar, en el que ahora se venera una imagen del Santo Rey de Francia que da nombre al centro hospitalario. El Hospital queda justamente contiguo a uno de los lugares que visitará el Santo Padre, el Centro Notre Dame de Jerusalén.
La directora del Hospital, Hermana Monika Dullman, comentó su impresión del hallazgo a los presentes, según informó Catholic News Service: «Cuando sacamos todo vimos esta habitación llena de belleza. Estamos bendecidos de estar en un lugar como éste , tan lleno de historia», relató. «Tenemos que mantenerlo para las personas que vengan después de nosotros, incluso si no tenemos el dinero para restaurarlo por completo».
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| El antiguo depósito, ahora restaurado. Foto: CNS. |
La religiosa también explicó que algunas de las características arquitectónicas del histórico hospital no facilitan las labores diarias del mismo, pero que se conservan intactas para no destruir las obras de arte. la opinión de los expertos en conservación es que los frescos descubiertos en la sala del accidente y otros espacios del hospital se realizaron en el estilo de las ricas decoraciones de los templos del siglo XIX, con atención a los pequeños detalles y una general inspiración en el arte medieval.
El Hospital, construido por el Conde francés Marie Paul Amedee de Piellat de 1879 a 1896, exhibe estilos arquitectónicos barrocos y se erige en uno de los lugares donde acamparon los ejércitos cruzados, por lo cual el edificio fue decorado por el propio Conde con escenas de los caballeros y la heráldica de las familias francesas y órdenes militares y monásticas. El Conde construyó luego el Centro Notre Dame para prestar alojamiento a los peregrinos.
El histórico edificio fue tomado por los turcos durante la I Guerra Mundial, quienes cubrieron las decoraciones con pintura negra. El edificio fue recuperado después de la guerra y el Conde empleó los últimos años de su vida, hasta 1925, en intentar restaurar las decoraciones. Los administradores actuales afirmaron que el lugar continuará sus labores como hospital y no será transformado en una atracción turística.
Con información de Catholic News Service.
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