Córdoba (Martes, 20-05-2014, Gaudium Press) En su carta semanal, Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), exhortó a los fieles que por ocasión de la celebración de la Primera Comunión, no aturdan a los niños «con regalos que no son apropiados, ni tienen capacidad de asimilar», pues «el regalo por excelencia es Jesús y, para no distraer, dejemos los regalos para otro momento».
Lo importante es «que el alma esté limpia y adornada para Jesús, con un vestido de fiesta simple que sirva para futuras ocasiones», resaltó el prelado.
De acuerdo con el Obispo de Córdoba, durante la preparación para la primera comunión, «el niño aprende a ver Jesús como un amigo, es introducido en la profundidad de los misterios de nuestra Fe Cristiana y lo hace sin ninguna barrera» y «es fundamental, por tanto, en esta experiencia de Fe infantil, nosotros ir a lo esencial, sin perdernos en los perifollos o montajes artificiales».
Según el prelado, lo que deben hacer los familiares del niño es favorecer «ese encuentro» con Jesús, que tiene mucho más importancia de lo que parece, y que dejará marcas en el alma de esos niños, como una experiencia fundamental de la relación con Dios».
«Cuando el niño hace su primera comunión, no acaba todo», sino «comienza una nueva vida que debe ser cuidada con esmero», resaltó Mons. Demetrio Fernández. «Es más importante el año siguiente a la primera comunión que el año anterior de preparación, porque durante el año posterior y los que siguen, el niño puede comulgar y aprender a tratar a Jesús y llevar esa experiencia de encuentro a la vida cotidiana», concluyó. (EPC)
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