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Maringá (Miércoles, 04-06-2014, Gaudium Press) Con el título «Firmes contra todas las trampas del enemigo», Mons. Anuar Battisti, Arzobispo de Maringá, en Brasil, afirmó en su más reciente artículo que la vida cristiana es lucha permanente y perseverante y no hay tregua para nadie. En el texto, el Prelado resalta que en esta vida nunca estaremos libres de la contaminación del mal y las tramas del maligno y que estar inmunizado contra todas las artimañas del pecado significa no acostumbrarse con él y ni siquiera fingir que él no existe.
De acuerdo con el Arzobispo, el pecado sí existe y está ahí para intentar destruirnos; sin embargo Dios es mayor y nuestra fuerza está en el Señor Jesús. Como afirma el apóstol Pablo: «Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; estén bien calzados, listos para propagar el Evangelio de la paz».
Mons. Anuar además explica que con la armadura de Dios venceremos las maniobras del diablo. «Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?» (Rm. 8,31). Según él, estar con Dios es estar con el cinto de la verdad, vestido con la coraza de la justicia y tener en los pies las palabras del santo evangelio, el evangelio de la paz.
Otra afirmación del Prelado es que si hoy el mal parece ser más fuerte que el bien, la causa está en el alejamiento de Dios, principalmente por los hombres del poder y de aquellos que tienen autoridad constituida. Para Mons. Anuar, el apóstol deja claro que la lucha no es contra personas y sí contra el poder corrupto, contra las autoridades engañadoras, los dominadores del mundo de las tinieblas, de las maniobras de la noche o hasta incluso a la luz del día. Él resalta que aunque pueda parecer imposible la lucha de los cristianos, la batalla debe ser permanente y jamás debemos desanimar.
«Por eso vistan la armadura de Dios, para que puedan resistir y permanecer firmes, superando todas las pruebas. El mundo odia la justicia, la verdad, la honestidad, el bien común. El reino de la mentira, que es del diablo, ocupa los primeros titulares de los noticieros, y es sustentado por la sangre de inocentes que en las puertas de los hospitales claman por salud, por los millares de profesionales de salud que ven desaparecer la vida de sus manos por falta de recursos y condiciones de trabajo», evalúa.
Además de eso, el Arzobispo recuerda estar armado con la armadura de la fe, la justicia y la verdad, es la condición para resistir a las investidas del maligno, que quiere ver a los cristianos sometidos al dominio del mal, las estafas y engaños. «Este camino es largo y amplio, y son muchos los que entran por él. Estrecho y difícil es el camino de la bendición y la salvación, y son pocos los que entran por él» (Mt. 7,13).
Por último, Mons. Anuar afirma que tendremos ¡mucha sorpresa si llegamos al cielo! De acuerdo con él, vamos encontrar personas que nunca pensamos en encontrar, como también no veremos personas que imaginábamos tener el cielo garantizado. El Prelado enfatiza que este es el tiempo, este es el día de la salvación, y que no podemos esperar otro. Conforme él, el cielo se conquista aquí y ciertamente la certeza de la vida eterna nos hace luchar siempre, hasta el fin.
«Incluso sabiendo que el mal te rodea, luche siempre, no se canse. Luche en el poder de la oración y las obras. El Señor cuenta contigo, siempre, para construir un mundo mejor. Por Jesús y con Jesús eso es posible. Solo depende de ti», concluye. (FB)
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