Menú 
San Pablo (Martes, 07-07-2009, Gaudium Press) Cerca de 410 mil refugiados palestinos viven debajo de la línea de pobreza y enfrentan el desempleo actualmente en el Líbano, según datos de la UNRWA, la agencia de la ONU que presta asistencia a los refugiados. La mayor parte de los refugiados, que hoy corresponden a un 10% de la población total libanesa, vive en el país desde 1948, después de la primera invasión de Israel a los territorios palestinos.
«Los refugiados palestinos que viven en el Líbano tienen las peores condiciones de vida de todo el Oriente Medio», afirma Nadim Houry, analista senior de la Human Rights Watch (HRW) para Siria y el Líbano. La ONG abrió al final del año pasado su primera oficina en la región, la cual es reconocida internacionalmente por los frecuentes casos de violaciones a los derechos humanos.
Los palestinos no poseen ni siquiera ciudadanía o derechos civiles y tienen acceso limitado a servicios públicos de salud y educación. La mayoría depende completamente del atendimiento de la UNRWA, que posee 87 escuelas y 25 puestos de salud esparcidos por los 12 campos de refugiados que existen en el país.
«En Siria, la situación de los derechos humanos en general es terrible, pero el gobierno ha sido generoso con los refugiados palestinos como forma de aumentar su influencia en la región, y en Jordania ellos tienen plenos derechos y son ciudadanos de primera clase», explica Houry, apuntando que los palestinos residentes en el Líbano tal vez vivan bajo las peores condiciones del Oriente Medio.
Subempleo
En el Líbano, la legislación laboral prohíbe a los refugiados palestinos de trabajar en 20 tipos de profesiones, debido a un concepto de reciprocidad. «Brasileros odontólogos pueden trabajar en el Líbano, porque libaneses pueden ser odontólogos en Brasil, pero eso no se aplica a los palestinos, que no poseen un Estado propio», afirma Hoda El-Turk, porta voz de la UNRWA en el Líbano.
«Por causa de las prohibiciones, ellos acaban buscando subempleos, trabajan como albañiles y encargados de limpieza y ganan muy abajo del piso salarial», explica Benjamin Schuetze, estudiante universitario alemán en intercambio con la Universidad Americana de Beirut (AUB sigla en inglés).
Él enseñó inglés a palestinos como voluntario durante los últimos seis meses en el campo de refugiados de Chatila, en Beirut. En 1982, el lugar fue blanco de un ataque de fuerzas cristianas falangistas durante la invasión de Israel al Líbano que ocasionó más de 2.000 muertos, la mayoría compuesta por civiles, mujeres y niños. En el mismo año, la Asamblea General de la ONU reconoció el episodio como genocidio.
Deje su Comentario