sábado, 23 de noviembre de 2024
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"San Juan Pablo II es el patrono del mundo", afirma el Arzobispo de Londrina, Brasil

Londrina (Jueves, 06-06-2014, Gaudium Press) «San Juan Pablo II, patrono del mundo» es el título del artículo semanal de Mons. Orlando Brandes, Arzobispo de Londrina, en el Estado de Paraná, Brasil. Él inicia el texto, afirmando que Juan Pablo II es el santo de los huérfanos y solitarios, visto que a los 9 años perdió su madre, después a su hermano Edmundo y luego en seguida, a su padre. El santo hizo la experiencia de la orfandad, la pobreza y la soledad y recibió el amor de Dios como una caricia de ternura tocando su rostro.

1.jpgPara el Prelado, Juan Pablo II es también el santo de los obreros, pues fue operario en la fábrica Solvay, donde rompía piedras. En las horas de pausa, él rezaba arrodillado sobre las piedras e innúmeras veces fue ridiculizado por los colegas, pero su jefe, decía: «Usted será un gran obrero de Dios». Mons. Orlando recuerda que cierta vez al volver de la fábrica para casa fue atropellado por un camión. En la hora del accidente percibió que una mujer lo protegió. Más tarde se convenció que esta mujer era la Virgen, a quien él se consagró. El Arzobispo además destacó que Juan Pablo II escribió una encíclica sobre el trabajo humano.

De acuerdo con Mons. Orlando, él es también el santo de los jóvenes. «La jovialidad de Juan Pablo II cautivó a los jóvenes. Antes de ser padre, Carlos Wojtyla ya evangelizaba a los jóvenes a través del arte, música, teatro, deportes, retiros. Su sacerdocio y su pontificado fascinaron a la juventud y hasta hoy cogemos los frutos de las jornadas mundiales. En las exequias de Juan Pablo II, los jóvenes invadieron Roma y gritaban: Santo súbito», resaltó.

El Prelado afirmó que Juan Pablo II es santo de los artistas y deportistas. Él explicó que lo bello y el arte apuntan hacia Dios. «Escalando montañas, practicando deportes, caminatas, natación, esquiaje, nuestro santo, nos enseñó a amar la naturaleza, admirar la belleza, cultivar la castidad, celar y cuidar del cuerpo», completó. Mons. Orlando citó también que San Juan Pablo II es el santo de la familia, tornándose el teólogo del sacramento del matrimonio, intrépido defensor de la familia, inspirador de la pastoral familiar. «Corajudamente defendió la vida desde la concepción instituyó el Encuentro Mundial de las Familias, realizó el Sínodo de la Familia, beatificó parejas», agregó.

También según el Arzobispo, Juan Pablo II es el santo de los enfermos, pues en sus viajes apostólicos acogía los enfermos y pedía sus oraciones y sacrificios en favor de los pueblos que visitaba. «Él mismo hizo la experiencia de ser enfermo entre los enfermos», recordó. Él fue también el santo de los pobres, dedicando especial atención al África, a Sahel, creando instituciones en el Vaticano para socorrer víctimas de calamidades, declarando que la promoción humana es parte integrante de la evangelización y llamando a la Congregación de la Madre Teresa de Calcuta para atender los habitantes de calle en el Vaticano.

«Juan Pablo II es el santo de los encarcelados. Visitó la cárcel romana, y fue a visitar Ali Agca que intentó asesinarlo: ‘perdono de corazón al hermano que me hirió’. Abrió las puertas del corazón a Cristo Jesús, enseñaba a los presos. Por ocasión del gran jubileo visitó prisiones y Campos de Concentración. A todos enseñó el amor a la Divina Misericordia».

Por último, Mons. Orlando resaltó que él es el santo de los misioneros, pues realizó 202 viajes apostólicos, visitó 120 naciones, pasó fuera de Italia 956 días. Para el Prelado, él fue un pontífice itinerante, misionero hasta las fronteras del mundo. Y para terminar, el Arzobispo resaltó que Juan Pablo II es el santo de la Divina Misericordia, pues para él la misericordia es la respuesta de Dios al pecado y a la violencia. «Misericordia es comprender y curar las miserias humanas y tener corazón de madre hacia los pobres y los pecadores. La justicia y la misericordia son los remedios para sanar todas las violencias», concluye. (FB)

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