Zacatecas (Viernes, 06-06-2014, Gaudium Press) «Damos gracias a Dios Padre que concedió a los hijos de estas tierras el poder ser, por medio del bautismo, parte viva de la gran la familia de Dios que es la Iglesia, en la que nos reconocemos como hijos de Dios y hermanos en Cristo, peregrinos hacia el encuentro definitivo con Dios. Iglesia peregrina, Iglesia diocesana, espiritual y humana, unida en comunión con todas las Iglesias particulares que conforman la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica de Cristo Jesús», fueron las palabras con las cuales el Nuncio Apostólico en México, Mons. Christophe Pierre, inició su Homilía de la Santa Misa que presidió este jueves 5 en el Lienzo-Charro, Zacatecas, para conmemorar el 150º aniversario de la diócesis mexicana.
A unos cerca de 15 mil fieles que se unieron para la conmemoración, Mons. Pierre – refiriéndose al significado de la fiesta de Pentecostés que la Iglesia Católica celebrará este domingo 8 de junio- también recordó que en cada uno «se manifiesta el Espíritu Santo para el bien común». Una manifestación que a lo largo de los 150 años se ha dado «en el tangible testimonio que nos han legado los obispos, sacerdotes, consagrados e innumerables hombres y mujeres que fueron providenciales para el nacimiento y crecimiento de esta Diócesis. Tantos, que a lo largo de este siglo y medio, dóciles a la acción del Espíritu Santo, han sido instrumentos de la obra amorosa de Dios en beneficio de su pueblo».
Foto: Diócesis de Zacatecas. |
Al respecto, el Nuncio Apostólico en México, también reflexionó: «hoy podríamos preguntarnos: ¿dónde me encuentro yo? Preguntarnos si nuestras actitudes y prácticas responden a la acción del Espíritu Santo en nosotros. Preguntarnos si somos cristianos coherentes, fieles y valientes que logran ser identificados como verdaderos discípulos del Resucitado; si somos de aquellos que asiduamente escuchan la Palabra y la hacen vida, celebran la Eucaristía y viven la caridad; si somos misioneros de Jesús en el templo, en el hogar, en la escuela, en los lugares de trabajo y diversión, en todas partes; si somos de los que vivimos y trabajamos a favor de la comunión, característica fundamental de la Iglesia: ‘Que todos sean uno'».
Finalmente, «alentados por los frutos obtenidos a lo largo de los años -prosiguió Mons. Pierre-, pidamos al Espíritu Santo que nos permita ser verdaderos discípulos que creen y aman entrañablemente a Jesús, para, desde ahí, ser cada día más amigos, testigos y evangelizadores suyos».
Durante la Sana Misa, el Nuncio Apostólico en México también leyó un mensaje de felicitación de parte del Papa Francisco, quien se unió en oración y concedió su Bendición Apostólica con motivo del aniversario. En la ocasión Mons. Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de Zacatecas, quien además concelebró la Santa Misa, expresó: «Nos hemos reunido para celebrar el misterio del amor de Dios, misterio de la fe y el misterio de gracia que ha hecho y hace posible la Iglesia que ha peregrinado ayer, que busca ser fiel en el hoy y pretende visionar la Iglesia del futuro hasta que el Evangelio sea predicado y celebrado en todos los altares de la vida».
Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
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