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Chile (Miércoles, 08-07-2009, Gaudium Press ) El Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Alejandro Goic presentó el martes ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados los argumentos de la Iglesia en el marco del debate de la «píldora del día después» y el proyecto que despachó el Gobierno que pretende conseguir su distribución. Gaudium Press tuvo acceso al documento.
Monseñor Goic inició su mensaje señalando que la posición de la Iglesia no solo propone argumentos acordes con la fe y el evangelio, sino también «desde la comprensión de los derechos y deberes del ser humano». Asimismo, dejó en claro que la posición de la Iglesia no es imponer puntos de vista sino dialogar libremente con el mayor respeto y humildad.
Esto debido a que algunas figuras políticas han descalificado y dudado del rol que le compete a la Iglesia en estos temas. «Personas que ayer defendían a la Iglesia ante quienes nos arrinconaban en nuestras sacristías por defender los derechos humanos, es doloroso verlos hoy pretendiendo encerrar a la Iglesia en la `sacristía´ de una fe `privatizada´ y limitando nuestra palabra a los ámbitos de la feligresía», afirmó el Obispo de Rancagua.
Mons. Goic manifestó que los dos ámbitos de mayor preocupación para la Iglesia en la actualidad son las políticas de contraconcepción y que éste debate se sitúe en «un contexto político previo a las elecciones». Es sumamente complicado que temas tan relevantes como la vida humana y la familia se desarrollen en medio de los «vaivenes y del calor electoral», y menor aún con el carácter de urgencia que se le ha dado al proyecto.
La discusión sobre las «Normas Nacionales para la Regulación de la Fertilidad Humana» debe estar situada en el marco de la procreación, del matrimonio y de la familia, de la vida y del desarrollo del país. Más adelante acentuó que las políticas gubernamentales deberían estar orientadas hacia «el día antes» y no tanto hacia «el día después», educando de modo responsable el don de Dios que es la sexualidad humana.
Monseñor Goic fue enfático en advertir que el tipo de políticas que el gobierno desea ofrecer a las personas, otorga a éstas la «posibilidad de eliminar toda vida humana resultante de sus relaciones sexuales irresponsables». Agregó también que éstas políticas no disminuyen los embarazos precoces y el aborto como problema social sino todo lo contrario, favorecen este tipo de situaciones.
«Todo el resto de la discusión (sobre el amor, el compromiso, la vida sexual y la familia; sobre el origen de la vida humana y las condiciones para que viva y se desarrolle), aparece aquí como algo secundario, sin importancia, en relación a este fin que se persigue y que significa, en palabras muy simples, ofrecer socialmente un modo de deshacerse de este problema que es, según esta mirada, el hijo o la hija por nacer. Una visión que oprime la dignidad del ser humano, deshumanizándolo.», señaló el Prelado.
Al finalizar, Monseñor Goic manifestó que es obligación del Estado educar en una sexualidad y paternidad responsable, haciendo hincapié en los elementos preventivos acordes con la dignidad y la naturaleza humana, «con pleno respeto por el primer y más fundamental derecho, el de la existencia». Asimismo, recordó que para los que creen en Cristo, el fruto del acto sexual no es un «problema» sino una vida humana que merece amor y desarrollo en plenitud, y que quienes entienden la relación exclusivamente desde una óptica individualista y hedonista son la cara visible de una «sociedad en evidente deterioro».
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