Roma (Martes, 10-06-2014, Gaudium Press) El Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gänswein, es una de las personas más próximas a Benedicto XVI. Él es el encargado de coordinar las audiencias del Papa y preparar sus encuentros, por eso es visto siempre próximo a él.
Y el prefecto acabó siendo una persona con función muy singular. Él se tornó el primero en trabajar para dos Papas al mismo tiempo.
Basta que él salga del Vaticano para que lluevan preguntas sobre cómo está el Papa emérito. Y el Prefecto con simplicidad responde que Benedicto XVI «está bien. Es un hombre de 87 años. La cabeza está clara, cristalina. Las piernas están un poco débiles, pero él está muy bien».
Pero el Arzobispo hace también reflexiones sobre otros temas relacionados con el Papa emérito. En conferencia realizada recientemente en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, él habló sobre la comunicación de los Papas en sus viajes.
Según él, el mayor problema que enfrentó Benedicto XVI fueron las interpretaciones erróneas provocadas por los preconceptos. Por los pre-juicios.
Ellos sucedieron desde la visita a «Ratisbona, el 12 de septiembre de 2006. De ahí en adelante los preconceptos eran como los pretorianos, siempre presentes. Por desgracia, siempre presentes».
Pero, a pesar de eso, Mons. Georg Gänswein destacó el coraje con que el Papa emérito afrontó siempre estas situaciones: «Él tuvo que sufrir, sin embargo nunca atacó. No atacó nunca y siempre buscó responder de forma humilde, clara, auténtica. Nunca buscó ignorar los problemas reales», dijo.
«Él sufrió, pero nunca atacó», afirmó. «Primero entraba en la cabeza, pero después tocaba el corazón. Y, quien lo conoce de cerca lo entiende bien». (JSG)
De la Redacción, con informaciones RomeReports
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