Celebran el 60º aniversario de la canonización de Santo Domingo Savio

Redacción (Viernes, 13-06-2014, Gaudium Press) «Abrir a nuestros ojos la imagen de Domingo Savio, frágil adolescente, de cuerpo débil, pero de alma extendida en una pura oblación de sí al amor sumamente delicado y exigente de Cristo. En una edad tan tierna esperaría encontrar más bien buenas y amables disposiciones del espíritu, y en su lugar se encuentran en él con asombro las vías maravillosas de las inspiraciones de la gracia, y una constante adhesión sin reservas a las cosas del cielo, que su fe percibía con una rara intensidad», fueron parte de las palabras que pronunció el Papa Pío XII el 12 de junio de 1954 al canonizar al pupilo de San Juan Bosco, que se convirtió en el primer fruto de santidad del oratorio del fundador de la familia salesiana.

Precisamente el pasado jueves 12 de junio se conmemoró el 60º aniversario de este acontecimiento que tiene un gran significado para la Iglesia, especialmente para la Congregación de los salesianos, que aún hoy ve como modelo al joven Domingo Savio.

Un testimonio al que también hizo referencia Pío XII hace 60 años: «Instaba a sus compañeros a la piedad, a la buena conducta, a la frecuencia de los sacramentos, al rezo del Santo Rosario, al escapar del mal y de las tentaciones. Sin dejarse intimidar por las malas actitudes y respuestas insolentes, intervenía con firmeza, pero con caridad, para llamar al deber los imprudentes y perversos. Lleno en esta vida de la familiaridad y de los dones del dulce Huésped del alma, pronto dejó la tierra para recibir, con la intercesión de la Reina de los cielos, la recompensa de su filial amor».

Santo Domingo Savio, cuyo nombre significa «el que está consagrado al Señor», nació en Riva de Chieri, Italia, el 2 de abril de 1842. Perteneció a una familia muy pobre de cinco hijos. Desde pequeño mostró su gran amor por Jesucristo, puesto que le gustaba mucho ir a la Santa Misa, incluso sirvió como acólito. Fue cuando hizo su Primera Comunión que escribió su más conocido propósito: «Prefiero morir antes que pecar».

A los 12 años de edad conoce a San Juan Bosco, a quien le pide que lo admita en el colegio sin cobrarle nada. Desde entonces el pequeño joven se convirtió en el más fiel pupilo del fundador salesiano. El propio Domingo Savio le dijo a Don Bosco cuando lo recibió: «Usted será el sastre. Yo seré el paño y haremos un buen traje de santidad para obsequiárselo a Nuestro Señor».

Dicen que unas de las pocas veces que vieron a San Juan Bosco, el llamado «Santo de la alegría», triste fue cuando Domingo Savio cayó enfermo. El joven falleció el 9 de marzo de 1857 en compañía de su padre espiritual quien oró junto al pequeño antes de morir.

Con información de ANS y EWTN.