Ciudad del Vaticano (Viernes, 10-07-2009, Gaudium Press) El presidente del Pontificio Consejo Pastoral de Inmigrantes y Viajeros, el cardenal Antonio Maria Vegliò, dio a luz hoy una carta de su autoría en la que comenta, a la luz de la próxima Jornada Mundial del Turismo, a celebrarse el 27 de setiembre, la importancia del mismo como estímulo a la diversidad y como plataforma para que las diferentes culturas se comuniquen.
La Jornada – o Día – Mundial del Turismo se conmemora siempre el 27 de setiembre. Este año, el tema propuesto por la Organización Mundial de Turismo (OMT) para ilustrar la efeméride fue «Turismo, celebración de la diversidad«.
En el texto, concluido a finales del mes pasado pero solamente divulgado hoy por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el cardenal afirma que «la riqueza antropológica que se realiza en la diversidad del hombre es un hecho, una realidad, más que un dato positivo es un bien, nunca una amenaza o peligro». «La experiencia de la diversidad es típica de la existencia humana» también para su desarrollo y progreso, afirma el cardenal.
Según el prelado, el contraste generado por el contacto con diferentes manifestaciones culturales y concepciones del mundo permite la madurez del ser humano. Él observa, sin embargo, que en tiempos de globalización, cuando «las culturas y religiones se aproximan más» al mismo tiempo también «se verifican incomprensiones y todavía hay preconceptos y desentendimientos profundamente radicales, que elevan barreras y alimentan divisiones«.
«Debemos, por lo tanto, empeñarnos en transformar la discriminación, la xenofobia y la intolerancia en comprensión y mutua aceptación, recorriendo los caminos del respeto, la educación y el diálogo abierto, constructivo y vinculante para construir una sociedad más justa, solidaria y fraterna».
En el texto, el cardenal reconoce que las herramientas virtuales ya permiten al hombre estar en contacto más próximo con realidades tradicionalmente distantes, pero resalta que solamente el turismo como «desplazamiento físico» permite la evidencia de los diferentes matices ecológicos, sociales, culturales, arquitectónicos y religiosos.
El cardenal resalta, además, que la ética debe pautar también las acciones del turismo, y condena la explotación de manifestaciones culturales como artículos turísticos, «ofreciendo la diversidad como un producto comercial, solamente por el lucro».
El presidente del Pontificio Consejo concluye su mensaje deseando que sus palabras puedan «iluminar» a todos los que se ocupan del turismo y pidiendo que el «soplo divino venza a toda xenofobia, discriminación, racismo y traiga cerca a todos aquellos que están lejos».
Deje su Comentario