Sarandi (Miércoles, 18-06-2014, Gaudium Press) La ciudad de Sarandi, perteneciente a la Arquidiócesis de Passo Fundo, en el Estado de Río Grande del Sur, Brasil, recibió el paso de los símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud, la Cruz Peregrina y el ícono de Nuestra Señora. La peregrinación ocurrió para marcar el Año de la Juventud en la región.
La ciudad gaucha vivió días de fuerte expresión de fe y devoción. Al pasar por las escuelas locales, los símbolos proporcionaron mucha emoción en alumnos y profesores, que se identificaron con la espiritualidad de la cruz de Jesús y de los dolores de la Virgen María a los pies de la cruz. Fueron presentados también dos vídeos del Cristo crucificado y de María a los pies de la cruz.
De acuerdo con la asesoría de comunicación de la Arquidiócesis de Passo Fundo, durante la visita, la oportunidad de tocar la cruz y el ícono fue también un momento para pedir perdón, agradecer, ofrendar y hacer preces. La asesoría además destacó que, entre cintas y mensajes, los símbolos acogieron los anhelos y alegría del pueblo como una madre acoge al hijo.
Además de las escuelas, los símbolos también pasaron por capillas, presidio, Hogar de la Niña, Patronato y APAE. Ahora, las réplicas de la Cruz Peregrina y del Ícono de Nuestra Señora están recorriendo las parroquias de la ciudad de Carazinho, donde deben permanecer hasta el inicio del mes de julio, cuando serán acogidas en Passo Fundo.
Cruz Peregrina
La cruz de la JMJ quedó conocida por los nombres de Cruz del Año Santo, Cruz del Jubileo, Cruz de la JMJ, Cruz Peregrina, y Cruz de los Jóvenes porque ella fue entregada por el Papa Juan Pablo II a los jóvenes para que la llevasen por todo el mundo y a todos los lugares. La cruz de madera, de 3,8 metros, fue construida y colocada como símbolo de la fe católica, cerca del altar principal en la Basílica de San Pedro durante el Año Santo de la Redención (Semana Santa de 1983 a la Semana Santa de 1984).
Al final de aquel año después de cerrar la Puerta Santa, el Papa Juan Pablo II dio esa cruz como un símbolo del amor de Cristo por la humanidad. Quien la recibió, en nombre de toda la juventud, fueron los jóvenes del Centro Juvenil Internacional San Lorenzo, en Roma.
En 1994, la cruz comenzó un compromiso que, desde entonces, se tornó una tradición: su jornada anual por las diócesis del país sede de cada JMJ internacional, como un medio de preparación espiritual para el gran evento.
El Ícono de Nuestra Señora
En 2003, el Papa Juan Pablo II dio a los jóvenes un segundo símbolo de fe para ser llevado por el mundo, acompañando a la cruz de la JMJ: el ícono de Nuestra Señora, una copia contemporánea de un antiguo y sagrado ícono encontrado en la primera y mayor basílica para la Madre de Dios, en el Occidente, Santa María Mayor. (FB)
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