La Paz (Sábado, 21-06-2014, Gaudium Press) Iglesia Viva, informativo de la Iglesia Católica en Bolivia, destacó el llamado realizado a través de un artículo de opinión en el diario La Patria, que propone el reinado social de la Eucaristía, a través del retorno a la profunda devoción de los creyentes, disminuida en los años recientes por la exaltación del hombre sobre las realidades sagradas.
Foto: Fr. Lawrence, OP. |
«Jesús es adorado por quienes le aman de verdad» recordó, Germán Mazuelo, autor del texto. «Día y noche lo adoran los ángeles. Lo adoraron los pastores y los magos. Lo adoraron María de Betania y la pecadora perdonada. Lo adoraron los santos y los mártires de todos los tiempos». Para el redactor, el descuido de los fieles de este fundamental deber de adoración es obra del maligno, quien » no cesa de trabajar por desviar la adoración», y quien ha conseguido engañar a los hombre para buscar una sociedad cada vez más alejada de Dios.
Sólo la Eucaristía puede sanar la sociedad
El redactor denunció las fuertes tendencias secularizantes, que atacan directamente a la Iglesia, y que pretenden sustituir a Dios con una imagen exagerada del hombre. «El corazón humano ha sido creado para adorar a Dios», afirmó el columnista. «Si uno decide autoadorarse, o adorar a cualquier otra persona o cosa, no tendrá satisfacción y es infeliz». Por este motivo, denunció la gravedad del error quienes reducen el valor del Sacramento de la Eucaristía y lo ven como una simple asamblea de creyentes.
«Si la Misa se convierte en una celebración ‘horizontal’, inmanente, sin trascendencia, el sacrificio de Jesús se vuelve entonces solamente una idea, y, cuando la relación de los fieles con la Santísima Eucaristía se debilita o desaparece, se pierde también la vida divina en los creyentes», alertó Mazuelo. Esta pérdida afecta todas las realidades y «sólo puede ser sanada por la misma Eucaristía, porque el cristiano que en la Eucaristía ha sido transformado en cuerpo de Cristo, lo lleva en sí mismo y de ese modo lo introduce al mundo».
El redactor recordó las palabras del Papa Pío XI en su Encíclica Quas Primas, quien describió el efecto restaurador de la fiesta litúrgica del Cuerpo y la Sangre de Cristo. «Cuando sobrevino el enfriamiento en la reverencia y el culto al Santísimo Sacramento, se instituyó la fiesta del Corpus Christi, para que con la solemnidad de las procesiones públicas y las oraciones prolongadas durante toda la octava siguiente se reavivase en los fieles la adoración pública del Señor», afirmó el Pontífice.
Mazuelo recuerda que en el mismo documento el Papa describe las características del origen del reinado de Cristo, por su naturaleza divina, y por conquista gracias a su sacrificio redentor. Por este motivo recuerda el llamado de San Pedro Julián Eymard: «Sepámoslo, un siglo es grande o pequeño según el culto tributado a la divina Eucaristía. Ahí está la vida y medida de su fe, de su caridad y de su virtud. Que llegue por tanto cada vez más el reino de la Eucaristía; ¡demasiado tiempo ha reinado ya sobre la tierra la impiedad y la ingratitud!».
Con información de Iglesia Viva.
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