Ciudad del Vaticano (Miércoles, 25-06-2014, Gaudium Press) La pertenencia a la Iglesia y el sentido de pertenencia a la Iglesia: fueron esos los ejes de la enseñanza del Papa Francisco esta mañana, a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro para escuchar la catequesis de las Audiencias Generales. El Papa continuó con su enseñanza sobre la Iglesia, iniciada el miércoles pasado. Como es frecuente, el Pontífice recorrió con su Papamóvil descapotado las ‘avenidas’ internas de la Plaza de San Pedro, saludó de mano a varios fieles, e hizo cuestión de detener el vehículo para besar a numerosos infantes.
El Papa inició recordando que el miércoles anterior fue mostrada la forma cómo con «paciencia» Dios preparó el Pueblo de la Antigua Alianza, hasta el momento en que, «en Jesucristo, lo constituye como signo e instrumento de la unión de los hombres con Dios y entre nosotros».
Foto: Radio Vaticano |
Entrando en el tema de la pertenencia, el Papa enfatizó en el hecho de que «nosotros no estamos aislados y no somos cristianos a título individual, cada uno por su lado, no: ¡nuestra identidad cristiana es pertenencia! Somos cristianos porque nosotros pertenecemos a la Iglesia. Es como un apellido: si el nombre es ‘Yo soy cristiano’, el apellido es: ‘Yo pertenezco a la Iglesia’.» El Papa Francisco destacó que cuando Dios se «definió» a sí mismo ante Moisés, se refirió a Él como «el Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. De este modo, Él se manifiesta como el Dios que ha establecido una alianza con nuestros padres y se mantiene siempre fiel a su pacto, y nos llama a que entremos en esta relación que nos precede».
«En este sentido, el pensamiento va primero, con gratitud, a aquellos que nos han precedido y que nos han acogido en la Iglesia».
De hecho, «nadie, se hace cristiano por sí mismo. Si creemos, si sabemos orar, si conocemos al Señor y podemos escuchar su Palabra, si nos sentimos cerca y lo reconocemos en nuestros hermanos, es porque otros, antes que nosotros, han vivido la fe y luego nos la han transmitido, la fe la hemos recibido de nuestros padres, de nuestros antepasados y ellos nos la han enseñado». Este reconocimiento se debe expresar en una actitud de agradecimiento a quienes en concreto nos legaron la fe.
Si el nombre es «cristiano», el apellido es «pertenencia a la Iglesia»
Es claro, que el camino hacia Jesús y hacia la Patria celestial «lo podemos vivir no solamente gracias a otras personas, sino junto a otras personas». «Existe quién considera que puede tener una relación personal directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son tentaciones peligrosas y dañinas. Son, como decía Pablo VI, dicotomías absurdas. Es verdad que caminar juntos es difícil y a veces puede resultar fatigoso: puede suceder que algún hermano o alguna hermana nos haga problema o nos de escándalo. Pero el Señor ha confiado su mensaje de salvación a personas humanas, a todos nosotros, a testigos; y es en nuestros hermanos y en nuestras hermanas, con sus virtudes y sus límites, que viene a nosotros y se hace reconocer. Y esto significa pertenecer a la Iglesia. Recuérdenlo bien: ser cristianos significa pertenencia a la Iglesia. El nombre es ‘cristiano’, el apellido es ‘pertenencia a la Iglesia’.»
El Papa se despidió pidiendo la intercesión de la Inmaculada Virgen, Madre de la Iglesia, para no «caer jamás en la tentación de pensar que se puede prescindir de los otros, de poder prescindir de la Iglesia, de podernos salvar solos, de ser ‘cristianos de laboratorio’ «. Verdaderamente «no se puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede amar a Dios fuera de la Iglesia; no se puede estar en comunión con Dios sin estar en comunión con la Iglesia; y no podemos ser buenos».
Con información de Radio Vaticano
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