Arzobispo de Mosul de los Sirios, en Irak, hace dramático apelo al mundo

Qaraqosh (Viernes, 27-06-2014, Gaudium Press) Qaraqosh es una pequeña ciudad de 40.000 habitantes, cercana a Mosul, la cual es (¿era?) considerada la capital cristiana de Irak. Pues hoy, Qaraqosh -en el norte de Irak- es una ciudad fantasma: el 90% de sus habitantes ha huido, ante la arremetida de los insurgentes sunitas conducidos por el yihadista «Isil – Estado Islámico de Irak y del Levante».

Esto ha ocurrido en los dos últimos días. Casi todos los fugitivos son cristianos.

Foto: es.wikipedia.org

No son muchos pues, los que han quedado en la ciudad. Entre estos se encuentra Mons. Yohana Petros Moshe, Arzobispo de Mosul de los Sirios. Junto al prelado quedaron también algunos sacerdotes y algunos jóvenes que colaboran con la Iglesia. En este momento ellos se encuentran en el fuego cruzado entre los guiados por Isil y las milicias kurdas de Peshmerga, que oponen resistencia en el centro de la ciudad.

Mons. Moshe ha intentado mediar entre las fuerzas en conflicto, pero esa mediación ha fracasado.

En esa dramática situación el Arzobispo Moshe ha lanzado un apelo al mundo entero, a través de la agencia Fides:

«Ante la tragedia por la que atraviesa nuestro pueblo», dice el prelado, «hago un llamado a la conciencia de los líderes políticos todo el mundo, a las organizaciones internacionales ya todos los hombres de buena voluntad: se debe intervenir de inmediato para poner fin al deterioro de la situación, trabajando no sólo en el nivel de la ayuda humanitaria, sino también a nivel político y diplomático. Cada hora, cada día perdido, es probable que haga todo irrecuperable. No podemos dejar pasar días y semanas en la pasividad. El inmovilismo se convierte en complicidad con la delincuencia y el abuso de poder. El mundo no puede cerrar los ojos ante la tragedia de todo un pueblo huyendo de sus casas en pocas horas, llevando consigo sólo la ropa que llevaba puesta».

Y continúa Mons. Moshe:

«Qaraqosh y las otras ciudades de la llanura de Nínive ha sido durante mucho tiempo lugares de paz y convivencia. Nosotros, los cristianos estamos desarmados, y en cuanto cristianos, no hemos alimentado ningún conflicto y no hay problema con los suníes, chiíes, kurdos y con las otras realidades que conforman el país de Irak. Sólo queremos vivir en paz, colaborando coin todos y respetando a todos».