Ciudad del Vaticano (Martes, 01-07-2014, Gaudium Press) Según el Papa Francisco -en su homilía en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, este lunes 30, día en que la Iglesia recuerda a los Santos protomártires- existen mucho más cristianos perseguidos actualmente que en los primeros siglos.
Ya al inicio de la celebración, el Santo Padre recordó que el Señor «fecundó con la sangre de los mártires las primeras semillas de la Iglesia de Roma», pues «se habla del crecimiento de una planta», que nos remite a lo que Jesús nos decía: «el Reino de los Cielos es como un hombre que lanzó por tierra la semilla, después va para casa». Durmiendo o despierto, «la semilla crece, brota, sin que él sepa cómo», siendo esta la palabra de Dios que crece y se torna Reino de Dios e Iglesia gracias a la «fuerza del Espíritu Santo» y del «testimonio de los cristianos».
Según el Papa, «sabemos que no hay crecimiento sin el Espíritu», pues «es Él que hace la Iglesia» y la hace crecer.
«Es Él que convoca a la comunidad de la Iglesia. Pero el testimonio de los cristianos es necesario, y cuando las circunstancias históricas requieren un testimonio fuerte, allí están los mártires, los mayores testigos. Y esta Iglesia es ‘regada’ con la sangre de los mártires. Es esta la belleza del martirio. Comienza con el testimonio, día tras día, y puede terminar como Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo fiel: con la sangre», dijo.
Pero, el Pontífice advirtió que apenas existe una condición para que el testimonio sea verdadero: que sea sin condiciones, siendo «firme, decidido, con el lenguaje de Jesús: sí o no», considerado «el lenguaje del testimonio».
«Hoy, miramos a esta Iglesia de Roma que crece, irrigada por la sangre de los mártires. Pero también es justo que nosotros pensemos en los muchos mártires de hoy, muchos mártires que dan su vida por la Fe».
Al final de la Misa, el Papa Francisco pidió que los fieles pensasen en los cristianos que son perseguidos y muertos por odio a la Fe en Oriente Medio.
«Hoy existen más testigos y mártires en la Iglesia que en los primeros siglos. Y en esta misa, recordando nuestros gloriosos antepasados de aquí de Roma, pensemos también en nuestros hermanos que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de las Iglesias pequeñas, que nacen. Recemos por ellos y también por nosotros», concluyó. (LMI)
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