Roma (Jueves, 03-07-2014, Gaudium Press) La historia de Meriam Ibrahim ya es conocida en el mundo entero, y este hecho es tal vez el responsable de que su sentencia de muerte no haya sido ejecutada.
En sentencia de primer grado Meriam fue condenada a la pena capital por «apostasía», y a más 100 latigazos por «adulterio». Su supuesto crimen era «haberse convertido del Islam al cristianismo, tras casarse con un cristiano de Sudán del Sur». Los latigazos por el «delito de adulterio», eran porque su matrimonio no es considerado válido para la ley islámica.
Entretanto, la sentencia fue revocada por un tribunal de revisión, pero cuando se disponía a salir hacia los EE.UU. fue detenida en el aeropuerto, con el argumento de la falsedad de su pasaporte. «¿Cómo puede mi documentación estar mal? Todo salió de la embajada. Es cien por ciento correcto y fue aprobado por el embajador de Sudán del Sur y el embajador de Estados Unidos» contó Meriam a la cadena CNN.
Entretanto, un nuevo elemento de su historia, también narrado a CNN, está conmocionando a aquellos que aún conserven capacidad de sorprenderse: los detalles de su parto. «Di a luz encadenada en mis piernas. No podía abrirlas y por eso las mujeres tuvieron que levantarme para llegar a la mesa sobre la cual no podía apoyarme». Es probable que ello tenga consecuencia en su hija de por vida. «No sé si en el futuro ella podrá caminar normalmente», dijo Meriam.
Meriam tiene dos niñas. Es probable que esté refugiada en una embajada. Ella es un verdadero testigo de la fe, pues la principal intención de sus perseguidores era que renunciara a su cristianismo. Cosa que ella nunca pensó, ni piensa.
Con información de Zenit
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