Roma (Lunes, 07-07-2014, Gaudium Press) Aunque Vietnam es un país donde los católicos siguen siendo una pequeña minoría (5.590.000 fieles estimados en 2010 en una población de casi 90 millones de habitantes según el Pew Research Center de Estados Unidos) es uno de los territorios en los que la Iglesia Católica registra mayor crecimiento y un notable florecimiento de las vocaciones. El Arzobispo de Ciudad de Ho Chi Minh, Mons. Paul Bui Van Doc, comentó a Fides sus impresiones sobre esta realidad al recibir el Palio, símbolo de su ministerio como Arzobispo, de manos del Papa Francisco junto a otros 23 prelados el pasado 29 de junio.
La Iglesia en Vietnam continúa su marcado crecimiento y notable vitalidad. Foto: VietCatholic. |
«La Pastoral Familiar es muy importante», destacó el también Presidente de la Conferencia Episcopal de Vietnam: «la familia es la cuna de las vocaciones, si hay familias santas, tendremos más sacerdotes. A nivel diocesano, ponemos un gran énfasis en la pastoral de las familias». La receta parece a todas luces estar dando fruto. «Tenemos en nuestro Seminario Mayor Interdiocesano en Ho Chi Minh unos 250 seminaristas. A lo largo del país hay 8 seminarios mayores con más de tres mil candidatos».
La clave es que la vida de las familias católicas «todavía tiene una buena calidad de fe y testimonio». Este compromiso resulta comprensible en un país con serias restricciones a la libertad religiosa sobre todo en algunas áreas rurales y el recuerdo aún reciente de la grave persecución contra la religión por parte del partido comunista en el siglo XX. El país debe incluso «exportar» parte de sus vocaciones a causa de la imposibilidad de crecer de forma natural en un ambiente aún restrictivo (ver noticia anterior).
Cuidar la vida de fe de las familias es la solución pastoral a un gran reto: «La formación de los jóvenes es cada vez más difícil por la influencia de la cultura de secularización», comentó Mons. Van Doc. También señaló el riesgo del «materialismo práctico», que constituye «una mentalidad individualista más insidiosa que el ateísmo del estado». La Iglesia también contrarresta esta actitud a través de un trabajo caritativo constante, que da testimonio del amor cristiano a los más necesitados.
«En una ciudad de siete millones de habitantes como Ho Chi Minh, dos millones han llegado, de los cuales 200 mil son católicos que necesitan todo», describió el prelado, señalando los efectos de las grandes migraciones de campesinos hacia las ciudades. «Gracias a Cáritas, tratamos de coordinar todos los componentes de la Iglesia local como congregaciones religiosas, parroquias, movimientos laicales, para asistir a estos hermanos y hermanas», agregó. «La Iglesia en Vietnam continúa mostrando gran atención al pobre y el marginado como testimonio del amor de Cristo y un signo de cuidado por el bien común de la sociedad.
Con información de Agencia Fides.
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