Madrid (Miércoles, 09-07-2014, Gaudium Press) El Arzobispo de Madrid, España, Cardenal Antonio María Rouco Varela, expresó su rechazo a la noticia de la reducción en el tiempo destinado a la clase de Religión en las escuelas (que es optativa en España) en dos comunidades autónomas del país. El tiempo establecido, de apenas 45 minutos semanales, supone una reducción de un 50% frente al actualmente destinado, según alertó la Conferencia Episcopal Española. «No hay ninguna base jurídica para una reducción administrativa de horarios y, menos, para la eliminación explícita o implícita de la clase de Religión», denunció a este respecto el Cardenal, a través de una reflexión divulgada por la Arquidiócesis de Madrid el pasado 08 de julio.
Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, España. Foto: Barcex. |
La decisión de recortar la asignatura de Religión a una sola clase por semana «fuerza a pensar, por una parte, que la estima de lo que vale y significa la educación religiosa y moral en la formación integral de la persona humana en su fase primera de desarrollo es extraordinariamente escasa», alertó el purpurado. Además reclamó una falta de compromiso estatal para garantizar el «derecho de los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».
El Card. Rouco exigió el cumplimiento del Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales que rige actualmente esta materia y que determina que la enseñanza de la religión católica se realice «en todos los centros de educación en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales». Esta disposición, según el acuerdo, debe prevalecer a través de las reformas que se realicen en el sistema escolar oficial.
Una preocupante renuncia a la espiritualidad
El Arzobispo no pudo ofrecer una explicación para esta decisión, que constituye un «más que deficiente trato adoptado por la Administración del Estado para la enseñanza de la religión en la nueva planificación escolar». Como posibilidad del origen de la decisión, el Card. Rouco se preguntó si «se piensa o se cree que en el proceso educativo de la persona no cuenta para nada su dimensión espiritual y, por lo tanto, no vale la pena preocuparse por su educación ética y religiosa» y cuestionó si el estado pretende superar la crisis del sistema educativo, ligado a la crisis económica y social, con un enfoque no integral «poco menos que exclusivo» hacia las facultades físicas, técnicas y psicológicas.
El Cardenal recordó las palabras del hoy Papa Emérito Benedicto XVI, quien alertó en 2010 que la emergencia educativa desatada en Italia en ese momento se originaba en «un falso concepto de hombre y en el escepticismo y relativismo ideológicos reinantes», que excluyen «las dos fuentes de conocimiento que pueden orientar y guiar al niño, al adolescente y al joven por el verdadero camino de la vida: la naturaleza y la revelación».
El Arzobispo reclamó, haciendo eco de las palabras del Pontífice, el reconocimiento de la importancia de la educación católica para la identidad nacional, «para conocer y valorar debidamente la propia historia en toda su complejidad cultural, socio-económica y política y para poder comprender lúcidamente toda la hondura de la clave espiritual que la explica, es decir, para comprender su ‘intra-historia’!»
El Card. Rouco manifestó su esperanza de que aún pueda corregirse el rumbo trazado a este respecto y pidió «a los padres de familia católicos, a la comunidad eclesial y a sus pastores» involucrarse para resolver «un problema que afecta de lleno al futuro del bien integral de nuestros hijos». El purpurado se confió a la Santísima Virgen «y a sus desvelos maternos por los más débiles de sus hijos: los niños, los adolescentes y los jóvenes» para obtener una respuesta favorable que restituya la calidad de la asignatura de religión en el país.
Con información de Arquidiócesis de Madrid y Conferencia Episcopal Española.
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