Frederico Westphalen (Jueves, 10-07-2014, Gaudium Press) Mons. Antônio Carlos Rossi Keller, Obispo de la Diócesis de Frederico Westphalen, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, escribió el artículo «Acoger la Palabra de Dios», en que afirma que la Palabra de Dios es Alguien, es una Persona, es el mismo Dios, el verbo, la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Según él, viviendo entre nosotros por el misterio de la Encarnación, escondida en el silencio de la vida oculta, la Palabra de Dios, cual buena semilla, germinó para tornarse luz de los hombres, ilustrarlos y sustentar en el camino de la vida presente. «Jesucristo es la Palabra de Dios», agrega.
El prelado se pregunta: ¿Dónde se encuentra esta Palabra de Dios de que tenemos tanta necesidad, después del regreso del Verbo de Dios al Padre? Para él, todas las acciones divinas son portadoras de esta Palabra de Dios. Conforme Mons. Antônio, la Biblia, leída en la fe que ve los acontecimientos como señales de presencia de Dios actuando junto a su pueblo, y leída en la Iglesia, depositaria de la interpretación auténtica de estas señales, se torna el lugar por excelencia de encuentro con la Palabra de Dios.
«Sabemos que el mensaje bíblico se encuentra formulado en una visión del universo que ya no es la del mundo de hoy, de nuestro mundo científico y técnico. De ahí la necesidad de presentar, defender y explicar las verdades de la fe por medio de conceptos y términos más comprensivos», completa él.
Además de eso, el Obispo afirma que la Iglesia proclama la Palabra de Dios para contemplarla, para profundizarla y ayudarnos a dar una respuesta positiva a esta Palabra. «Cuando os reunís en Mi nombre, Yo estoy en medio de vosotros» (Mateo 18,20). Él además recuerda que, en la celebración eucarística, la Palabra de Dios nos es comunicada de diversas maneras: en los salmos que cantamos, en las lecturas tomadas de los profetas, los apóstoles y de otros escritores sagrados y finalmente por medio del mismo Jesús que nos instruye con su Evangelio.
«Cuando Dios habla debemos escuchar lo que nos dice y aceptar cuánto nos propone. Muy mal iríamos si no tratásemos de enderezar los malos caminos antes recorridos. Jesús compara tales personas con un campo rocoso donde la semilla no llega a lanzar raíces. Recitando el Credo después de la homilía aceptamos la Palabra de Dios. Nuestra vida dará testimonio de la verdad de esta aceptación».
Otro aspecto abordado por el Prelado es que ya sea se trate de nuestra vida personal, ya sea de lo que pasa en el mundo, todo se encuentra relacionado con la Palabra de la Revelación. De acuerdo con él, formando parte de la historia sagrada que continua, tales acontecimientos son portadores de la Palabra. Mons. Antônio cree que es preciso sin embargo saber leerlos: investigar todo el tiempo las señales de los tiempos e interpretarlas a la luz del Evangelio. «De ahí la importancia de la revisión de vida que otra cosa no es sino una lectura bíblica de los acontecimientos de nuestro día a día», pondera.
Por último, el Obispo de Frederico Westphalen resalta que es preciso dejarse evangelizar para evangelizar, pues la evangelización pasa siempre por el anuncio, por la celebración y el testimonio. Para el Prelado, es necesario evangelizar el mundo -de la familia, la enseñanza, el trabajo, las recreaciones, la comunicación social, las leyes, la ciencia y la técnica-, para poder ver estas realidades con otros ojos, los ojos de la fe, en la perspectiva de los valores cristianos.
«Es preciso evangelizar y, más aún, motivar a las personas. Darles ideas claras sobre Dios, la vida, la gracia, la religión, la libertad, el matrimonio. Y después darles razones positivas de las obligaciones y las prohibiciones que vienen de la aceptación de las verdades de la fe. Es preciso evangelizar. Sin desánimo. Es largo el proceso de conversión de los hombres, distantes sus resultados, mas también aquí, unos siembran y otros cosechan, Dios es quien da el incremento», concluye. (FB)
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