Brazzaville (Martes, 15-07-2014, Gaudium Press) El Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia, se dirigió a la Asamblea General de la Asociación de las Conferencias Episcopales de África Central reunida en en Brazzaville, República del Congo, del 6 al 13 de julio. En su discurso afirmó la extraordinaria importancia de la familia para la Iglesia universal y el invaluable aporte que su defensa representa para el bienestar y el desarrollo de la sociedad. «En la Iglesia, la familia es elevada a sacramento, porque está inscrita (…) en la realización del gran plan de Dios para el mundo», afirmó el prelado.
Mons. Vincenzo Paglia y los Prelados de la Asamblea General de la Asociación de las Conferencias Episcopales de África Central. Foto: Pontificio Consejo para la Familia. |
Mons. Paglia destacó el camino de la Iglesia hacia el Sínodo Extraordinario sobre la Familia como una expresión de la gran preocupación de la Iglesia sobre este tema, compartida por los últimos Pontífices y manifestada también por el Papa Francisco. «Es esencial que examinemos la realidad de las familias de hoy, la situación en la que se encuentran en distintos continentes, participar en las alegrías y ansiedades, esperanzas y temores que viven», comentó, al tiempo que destacó este compromiso como un ejemplo para el mundo. «Otras instituciones públicas, políticas, económicas, jurídicas y culturales debe tomar ejemplo de lo que hace la Iglesia Católica, esto es, poner a la familia en el centro de sus pensamientos y decisiones».
Afirmar la familia y enfrentar los desafíos
El Presidente del Pontificio Consejo hizo un balance de los grandes desafíos de la familia en el contexto actual y en la realidad africana, como lo son «la disolución de las costumbres, el daño a la unidad del matrimonio, el debilitamiento de los lazos entre los miembros de la de la familia y la proliferación de las uniones de hecho». El prelado también identificó varias problemáticas sociales y económicas que afectan la familia y la posibilidad de los padres de cumplir a cabalidad sus deberes. Ante estos problemas la solución «no es proponer otras formas de matrimonio y de familia», sino «enfrenta los desafíos con serenidad, sabiduría e inteligencia».
«Debemos estar atentos y luchar, porque es posible y porque todos bebemos de la misma fuente: Jesús y el Evangelio», exhortó Mons. Paglia, quien llamó a «mantener en alto la bandera de la familia cristiana de África, ya que es la fuerza y la esperanza de un mundo donde el individualismo quiere romper la estabilidad de las relaciones familiares». Este trabajo, afirmó, «no sólo es un acto coherente con su fe… es preservar los fundamentos mismos de la sociedad y de todo auténtico desarrollo».
Familia, antídoto para el individualismo exacerbado
El Arzobispo indicó que la familia es el lugar natural de la educación, donde se transmiten los valores culturales y la espiritualidad, donde se educa para relacionarse con la comunidad y se aprende a respetar la dignidad y sacralidad de la vida. El continente africano debe comprometerse en la transformación de la sociedad llevando el Evangelio a la familia, tesoro y recurso de la sociedad y de la humanidad entera.
«La familia sigue siendo el recurso más valioso para la sociedad, en la que aprender la importancia crítica del sentido del ‘nosotros’ para construir y mantener una sociedad más justa y más solidaria». Esta institución, en la que el amor cristiano se hace tratamiento en contra del individualismo exacerbado, «está llamada a no plegarse sobre sí misma» sino a ser «signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de toda la humanidad».
Con información de Pontificio Consejo para la Familia.
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