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Washington (Miércoles, 23-07-2014, Gaudium Press) Mons. Joseph E. Kurtz, Arzobispo de Louisville, y presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, ha emitido un comunicado dirigido a sus hermanos obispos, pidiendo unirse a él en oración pidiendo a Dios la solución de los más graves conflictos armados que existen en la actualidad.
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| Foto: USCCBLOG |
Igualmente Mons. Kurtz invocó una unión profunda con el Papa Francisco, quien el domingo pasado pidió al «Dios de la paz suscitar en todos un auténtico deseo para el diálogo y la reconciliación». El Arzobispo Kurtz, en su carta a sus hermanos obispos con fecha de ayer, pidió unir «nuestras oraciones y llamados a la acción con los de él».
En la carta a los obispos de los EE.UU., el presidente de la Conferencia Episcopal americana focalizó especialmente el conflicto en la Franja de Gaza «que ha costado la vida de más de 500» personas, los «alarmantes conflictos en Siria e Iraq que ha ocasionado que millones abandonen sus hogares y decenas de miles de personas pierdan sus vidas. Somos conscientes del conflicto violento en Ucrania, de las miles de personas que han sido desplazadas, y los cientos de civiles inocentes cuyas vidas se vieron truncadas cuando un avión de pasajeros fue derribado. En África existen los enfrentamientos a menudo olvidados en el sur de Sudán, la República Centroafricana, Nigeria y la República Democrática del Congo que han desplazado a millones. Más cerca de casa, está la violencia en América Central que está llevando a niños no acompañados en busca de refugio en nuestro país».
Para todas estas difíciles situaciones, el prelado urgió que los obispos de los Estados Unidos pidieran a «nuestro pueblo católico rezar por la paz y apoyar los esfuerzos diplomáticos dirigidos al diálogo y a la reconciliación. (…) Esto puede ser hecho en la oración personal y en la Oraciones de los Fieles en la Misa».
El poder de la oración
Finalmente, Mons. Kurtz señaló en la carta que «nunca debemos subestimar el poder de la oración; puesto que toca y nos abre a la fuerza de Dios en medio de nosotros. Mi oración es que juntos podamos ayudar a abrir nuestro mundo al don de la paz de Dios, una paz que el mundo no puede dar (cf. Juan 14:27)».
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