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San Isidro (Viernes, 01-08-2014, Gaudium Press) Mons. Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro en Argentina, no olvida a los párrocos, menos ahora que se acerca la festividad de uno de ellos que es modelo para todos, el Santo Cura de Ars. El próximo lunes 4 de agosto la Iglesia conmemora a San Juan María Vianney.
El prelado destaca la tarea que en el mundo entero, y en los más diversos lugares, realizan los ministros de Dios, celebrando la Eucaristía, perdonando los pecados y orientando a fieles y a comunidades.
Repitiendo el magisterio de san Juan Pablo II sobre el sacerdocio, monseñor Ojea recordó que el párroco «acrecienta y profundiza aquella sensibilidad humana que le permite comprender las necesidades, acoger los ruegos, intuir las preguntas no expresadas, compartir las esperanzas y expectativas, las alegrías y los trabajos de la vida ordinaria, ser capaz de encontrar a todos y de dialogar con todos»; y manifestó: «¡Qué responsabilidad tienen los párrocos!».
«Sobre todo -agregó el prelado-, conociendo y compartiendo, es decir, haciendo propia la experiencia humana del dolor en sus múltiples manifestaciones, desde la pobreza a la enfermedad, de la marginación a la ignorancia, a la soledad, a toda pobreza material y moral. El sacerdote enriquece su propia humanidad y la hace más auténtica y más transparente en este creciente y apasionado amor por el hombre».
Monseñor Ojea invitó a pedir a Jesús por cada uno de los párrocos, por «estas entrañas de pastor que lo hacen capaz de acercarse a todo hombre para poder acompañarlo e integrarlo a la comunidad y en esa comunidad poder discernir los carismas para que la comunidad crezca y peregrine en este tramo que le toca vivir a cada párroco junto a ella en camino hacia la casa del Padre».
«Pidamos entonces nuevamente la intercesión del santo Cura de Ars y de nuestro querido beato Cura Brochero, por todos y cada uno de nuestros sacrificados curas párrocos, especialmente en nuestra diócesis», concluye.
Con información de Aica
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