Brasilia (Lunes, 04-08-2014, Gaudium Press) Después de un año, la Iglesia en Brasil revive una de sus mayores experiencias de Fe de todos los tiempos: la realización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Río de Janeiro.
En aquella ocasión, la presencia ilustre del Papa Francisco, que hacía su primer viaje apostólico en su primer año de pontificado, consiguió atraer un público de 3 millones de fieles, venidos de diversas del mundo entero, superando así las marcas anteriores establecidas en este evento dirigido a la juventud, creado por el Papa San Juan Pablo II, en 1984.
Durante una Misa de Acción de Gracias, celebrada en este último mes de julio, en Río, el Cardenal Orani João Tempesta recordó el mensaje del Santo Padre en la época, dirigido a la misión evangelizadora.
«El mundo precisa de ese testimonio adaptado a los nuevos tiempos y realidades», afirmó.
Además, el Cardenal Tempesta espera que los jóvenes participantes de la JMJ continúen siempre en misión, pues, en su visión, la celebración después de un año de la Jornada fue «un momento para agradecer, alabar a Dios y pedir al Señor que cada vez más dé a todos coraje y ánimo nuevo para evangelizar».
Ya para el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Campo Grande y presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Juventud de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), Mons. Eduardo Pinheiro da Silva, los jóvenes comprendieron el llamado del Pontífice, abrazando cada vez más el trabajo misionero.
Como ejemplo del ardor misionero visto en la juventud post-JMJ, Mons. Eduardo destacó la Primera Misión Joven en el Amazonas, proyecto que reunió jóvenes para vivir una experiencia misionera.
«Es bonito ver esa respuesta. Nosotros tenemos que dar seguimiento en las parroquias, hacer más trabajos con los jóvenes. Ellos están dispuestos a hacer esa evangelización», dijo. (LMI)
De la redacción Gaudium Press, con informaciones CNBB
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