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Carabayllo (Lunes, 04-08-2014, Gaudium Press) «Con un poquito de misericordia haremos al mundo más humano y menos frío», es el lema del Año de la Misericordia que se conmemora desde el pasado mayo, hasta el próximo 2015, en la diócesis peruana de Carabayllo. Esta iniciativa, promovida desde la jurisdicción eclesial, pretende suscitar, motivar y fortalecer la práctica y devoción al Señor de la Divina Misericordia en cada comunidad parroquial y familia de la diócesis peruana.
Con el propósito de animar esta devoción, la Diócesis de Carabayllo comenzó desde el pasado mayo una peregrinación con la imagen de la Divina Misericordia que viene recorriendo todas las parroquias de la jurisdicción eclesial con la finalidad también de profundizar en el lema propuesto para el Año de la Misericordia.
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| «Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá», dijo Jesús a Santa Faustina Kowalska / Foto: Iglesia en Valladolid. |
La peregrinación de la imagen, que lleva bajo sus pies la oración «Jesús, en Ti Confío», comenzó en la Parroquia de Puente Piedra, continuó por la Iglesia de Cristo Camino, Verdad y Vida, y siguió luego por las parroquias de Santa Rosa, San Pedro de Ancón, Sagrado Corazón de Jesús, Nuestra Señora de Fátima, San Pedro de Carabayllo, Nuestra Señora de Guadalupe, entre otras.
Durante agoto, la imagen de Jesús Misericordioso visitará los templos de Nuestra Señora de la Nube, la Virgen del Carmen, del Señor de los Milagros y de Santiago Apóstol. Iglesias donde se ha promovido la especial devoción a la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia. Está previsto que la peregrinación culmine a mediados de abril del próximo año.
Jesús, en Ti Confío
La devoción a la Divina Misericordia nació en el año 1931 cuando Jesús se le aparece a Santa Faustina Kowalska irradiando desde su corazón dos rayos de luz y le dice: «Pinta una imagen según el modelo que ves , y firma ‘Jesús, en Ti Confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero», tal como se detalla en el Diario de la santa.
Allí el Señor también dice a la hermana Faustina: «Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé con Mi gloria».
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| Estatua de Sor Faustina situada en el Santuario de la Divina Misericordia en Roma / Foto: Lawrence OP. |
Como continúa explicando la santa en el Diario, Jesús ofrece a los hombres un recipiente «con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger sus gracias». El recipiente es precisamente la imagen con la firma «Jesús, en Ti Confío».
«Fuera de la Misericordia de Dios no existe otra fuente de esperanza»
Fue en el Pontificado del Papa Juan Pablo II cuando mayor impulso se dio a la devoción de la Divina Misericordia, tanto así que fue el santo pontífice quien instituyó el ‘Domingo de la Divina Misericordia» que la Iglesia Católica celebra cada año el segundo domingo de pascua, como una ocasión no sólo para recibir y experimentar la Misericordia, sino también para «usar la misericordia con los demás». Aquella Misericordia, que es la fuente de toda esperanza, como expresó el mismo San Juan Pablo II durante la ceremonia de Canonización de Sor Faustina Kowalska en el año 2002: «queremos profesar que, fuera de la misericordia de Dios, no existe otra fuente de esperanza para el hombre. Deseamos repetir con fe: Jesús, confío en ti».
En aquella oportunidad el santo polaco también expresó: «Es preciso que la invocación de la misericordia de Dios brote de lo más íntimo de los corazones llenos de sufrimiento, de temor e incertidumbre, pero, al mismo tiempo, en busca de una fuente infalible de esperanza».
Con información de la Conferencia Episcopal Peruana.
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