Pamplona (Lunes, 04-08-2014, Gaudium Press) «El Orden de las Vírgenes a la luz de las Bienaventuranzas» fue el tema del Congreso Nacional de Vírgenes Consagradas que se realizó en Pamplona, España, del 1º al 3 de agosto y que reunió a más de 60 vírgenes y aspirantes pertenecientes a varias diócesis del país europeo.
Los trabajos del Congreso fueron inaugurados con una celebración Eucarística que presidió Mons. Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona, y concelebró Mons. Joaquín María López de Andújar, Obispo de Getafe y asesor del Orden de las Vírgenes en España.
Durante el evento se desarrollaron varias ponencias y mesas redondas con el objeto de profundizar en la temática del congreso; como la conferencia que ofreció el Obispo Auxiliar de Pamplona, Mons. Juan Antonio Aznarez, sobre «Felicidad según las Bienaventuranzas de las Vírgenes Consagradas».
La Virgen Consagrada es uno de los estados de Vida Consagrada más antiguos de la Iglesia Católica / Foto: Archidiócesis de Sevilla. |
«La mujer consagrada en la doctrina de San Juan de Ávila», fue otra de las ponencias que se presentaron durante este encuentro, en ella la virgen consagrada Gloria Irene Álvaro Sanz, de la Diócesis de Valladolid, motivó la reflexión a la luz de las enseñanzas del santo español y Doctor de la Iglesia Universal. Por su parte, Mikel Garciandía, Vicario Episcopal de Mendialde, de la Diócesis de Pamplona y Tudela, profundizó sobre «Las Bienaventuranzas y la Virgen Consagrada en la acción evangelizadora de la Diócesis».
De otro lado, «La pobreza evangélica en el Orden de las Vírgenes» fue el tema de la mesa redonda que se desarrolló durante el Congreso, la cual contó con la participación del Padre Miguel Larrambebere, rector del Seminario Diocesana de pamplona y Tudela; Inmaculada Parra, Virgen Consagrada de la Diócesis de Valencia, y Norka Risso, Virgen Consagrada de la Archidiócesis de Madrid.
Una de las formas de vida consagrada más antiguas
La Virgen Consagrada es aquella mujer que, estando en el mundo, se dedica a la oración, a la penitencia y al servicio de la Iglesia y de Jesucristo de una manera especial: consagrando a Dios su virginidad y haciendo de ello un testimonio del amor de Dios.
Ésta es una de las formas de vida consagrada más antigua dentro de la Iglesia Católica. «A estas formas del vida consagrada se asemeja el orden de las vírgenes, que, formulando el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo, son consagradas a Dios por el Obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de la Iglesia», como describe el Código de Derecho Canónico.
El documento canónico también subraya: «Las vírgenes pueden asociarse, para cumplir su propósito con mayor fidelidad y para realizar la ayuda mutua el servicio a la Iglesia congruente con su propio estado».
Con información de la Archidiócesis de Sevilla y Catholic.net
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