Roma (Martes, 05-07-2014, Gaudium Press) En el origen de la Basílica mariana más antigua del mundo, la de Santa María la Mayor en Roma, hay un hecho milagroso teniendo a la propia Virgen como protagonista: en una misma noche -la que va del 4 al 5 de agosto del 358- la Madre de Dios se apareció al Papa Liberio y a un patricio romano de nombre Juan, pidiendo que se le erigiera un templo en donde al día siguiente encontrarían nieve fresca, lo que era algo realmente inaudito en esos días de pleno verano. Ciertamente también la nieve era símbolo de aquella que trae frescor y alivio en medio a los mayores sufrimientos.
Foto: Radio Vaticano |
Y realmente el hecho ocurrió, en la colina Esquilino; allí había nieve, y decenios después surgía la mayor basílica de la cristiandad, que también fue llamada «Santa María de la Nieve» y «Santa María Liberiana» por obvias razones. Se le conoce hoy como Santa María la Mayor por ser la más grande de las 26 iglesias dedicadas a la Virgen en la Ciudad Eterna.
Hoy 5 de agosto, en la Basílica se revive simbólicamente el milagro de la nieve: las personas presentes en la Misa solemne y las Vísperas verán caer sobre sí una lluvia de flores, elementos también muy propios a simbolizar a la Virgen María y a la lluvia de gracias de la cual ella es portadora.
Asimismo, tras la liturgia solemne al interior de la Basílica, la plaza enfrente de la iglesia se verá cubierta de nieve artificial, como lo fue hace 1650 años, «descendiendo como mensaje de paz y esperanza», según afirma el arquitecto Cesare Esposito, director también de un espectáculo multicolor que se desarrollará hoy en la fachada de Santa María la Mayor.
Con información de Radio Vaticano
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