Ciudad de Panamá (Miércoles, 06-08-2014, Gaudium Press) El Papa Francisco ha enviado un mensaje al I Congreso Latinoamericano de Pastoral Familiar que se desarrolla en ciudad de Panamá del 4 al 9 de agosto.
En la comunicación el Pontífice destaca que «en el hogar familiar, la persona se integra natural y armónicamente en un grupo humano, superando la falsa oposición entre individuo y sociedad. En el seno de la familia, nadie es descartado: tanto el anciano como el niño hallan acogida. La cultura del encuentro y el diálogo, la apertura a la solidaridad y a la trascendencia tienen en ella su cuna». Es la familia «una gran ‘riqueza social'».
Estabilidad y Fecundidad
Explica el Pontífice que «las relaciones basadas en el amor fiel, hasta la muerte, como el matrimonio, la paternidad, la filiación o la hermandad, se aprenden y se viven en el núcleo familiar»:
«Cuando estas relaciones forman el tejido básico de una sociedad humana, le dan cohesión y consistencia. Pues no es posible formar parte de un pueblo, sentirse prójimo, tener en cuenta a los más alejados y desfavorecidos, si en el corazón del hombre están fracturadas estas relaciones básicas, que le ofrecen seguridad en su apertura a los demás».
«Además, el amor familiar es fecundo, y no solo porque engendra nuevas vidas, sino porque amplía el horizonte de la existencia, genera un mundo nuevo, nos hace creer, contra toda desesperanza y derrotismo, que una convivencia basada en el respeto y en la confianza es posible. Frente a una visión materialista del mundo, la familia no reduce el hombre al estéril utilitarismo, sino que da cauce a sus deseos más profundos».
En la familia se refleja la imagen de Dios, allí se «permite ver el amor humano como signo y presencia del amor divino. En la familia la fe se mezcla con la leche materna. Por ejemplo, ese sencillo y espontáneo gesto de pedir la bendición, que se conserva en muchos de nuestros pueblos, recoge perfectamente la convicción bíblica de que la bendición de Dios se transmite de padres a hijos». En fin «el amor familiar ennoblece todo lo que hace el hombre».
El Papa concluyó su mensaje, encomendando todos los hogares a la Virgen de Guadalupe, y pidiendo rezar por su ministerio.
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