Ciudad de México (Viernes, 08-08-2014, Gaudium Press) Una cancha deportiva, un terreno baldío y lugares poco frecuentados se ha convertido en una oportunidad para un grupo de jóvenes misioneros en México, quienes dando respuesta a la invitación del Papa Francisco de salir a las periferias, están saliendo de sus parroquias para llevar la Buena Nueva y la alegría del Evangelio a otros jóvenes y niños, que en muchas ocasiones enfrentan la violencia y necesidades extremas.
Se trata de los jóvenes del movimiento católico ‘Lithos Misioneros’ de la Parroquia San Juan Bautista, situada en la colonia Pareja San Juan de Iztapalapa, quienes se han decidido mostrar al Cristo vivo, aquel «amigo que nunca falla», en las calles y pueblos indígenas donde niños, adolescentes y jóvenes deben convivir con la violencia y la marginación.
Losa jóvenes misioneros buscan mostrar al Jesús vivo, aquel «amigo que nunca falla» / Foto: SIAME. |
Como es el caso de la colonia La Polvorilla, un área marginada de la delegación de Iztapalapa, a donde han llegado los misioneros: «vamos con el objetivo de ayudar porque la gente allí carece de muchas cosas; hay bastante violencia, problemas de drogadicción; compartimos con ellos, los acompañamos, realizamos actividades con los niños, jóvenes y adultos para mostrarles a Jesús vivo, y los llevamos de la mano a que tomen conciencia de que pueden cambiar sus vidas», narra uno de los jóvenes misioneros, citado por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
Una experiencia misionera que se vive diferente con los indígenas en Guerrero, donde existe la barrera del idioma, pues no se habla español. «Se trata de pasar tiempo con ellos, hacemos celebraciones, les ayudamos en lo que se puede, les enseñamos a persignarse y las oraciones básicas, porque allí no hay catecismo ni iglesia», comentó otra de las misioneras.
Justamente, como explica Mary Cruz Rincón, coordinadora del movimiento católico -quien fue citada por SIAME- como misioneros, su carisma «es salir al encuentro del joven en cualquier circunstancia, pero especialmente de aquellos que están en las periferias, porque Jesús nos hace la invitación a estar con los más desprotegidos, con quienes muy poco voltean a ver; aunque también es fundamental el aporte de los jóvenes que vamos a la Iglesia, los que de alguna manera conocemos a Cristo y estamos cerca de Él».
El movimiento ‘Lithos Misionero’ -nombre que viene del vocablo griego ‘piedra’- nació cuando corría el Año Internacional de la Juventud en 1985, como una iniciativa de dos sacerdotes en Texcoco, con el anhelo de motivar a los jóvenes a la evangelización. En el área de Iztapalapa, la comunidad se conformó hace 14 años.
La labor misionera de los jóvenes de ‘Lithos’ está inspirado en las enseñanzas de Santa Teresita del Niño Jesús, por las misiones; y San Agustín de Hipona, quien se dedicó a los jóvenes.
Con información de SIAME.
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