viernes, 22 de noviembre de 2024
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"El rector es la coherencia, la amistad y la cercanía": Cardenal Cipriani al concluir Encuentro de Rectores de Seminarios del Perú

Lima (Viernes, 08-08-2014, Gaudium Press) La misión de los formadores es sembrar en los seminaristas mucha confianza, siempre y cuando vaya de la mano de la verdad. Esto fue lo que expresó el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, al clausurar el pasado jueves 7 agosto el Encuentro de Rectores de Seminarios del Perú que se desarrolló esta semana y es organizado cada año por la Comisión Episcopal de Vocaciones y Ministerios de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP).

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El Cardenal Cipriani recordó que «el rector debe estar siempre presente para que sea fácil que los seminaristas encuentren un refugio» / Foto: Arzobispado de Lima.

Durante la homilía de la celebración Eucarística con la que se clausuró el encuentro, la cual tuvo lugar en la capilla de la Casa de Retiros Santa Rosa, el purpurado recordó que el rector y el formador debe «estar cerca de Dios, cerca de los seminaristas, cerca del obispo y cerca de la Iglesia».

Igualmente, hizo un llamado para que se evite la murmuración al interior de los seminarios, así como comentarios que puedan dañar a la propia Iglesia. «Por eso -continuó el Cardenal Cipriani- el rector tiene que ser la presencia de la verdad, la coherencia, la amistad y la cercanía (…) El rector tiene que estar siempre presente para que sea fácil que los seminaristas encuentren un refugio».

La Solemne Eucaristía fue concelebrada por el Obispo de Tacna y Moquegua, quien es además el Presidente de la Comisión Episcopal de Vocaciones y Ministerios de la CEP, Mons. Marco Antonio Cortez. Tras la Santa Misa, el Cardenal Cipriani recibió de parte de los rectores y formadores de los seminarios peruanos un retablo de madera como muestra de cercanía.

El seminario: espacio privilegiado, escuela y casa para la formación de los discípulos misioneros

Un creciente interés por la formación de los seminaristas ha venido en aumento en la Iglesia de América Latina tras la realización de la 5º Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Aparecida, Brasil. En el documento conclusivo de este encuentro se subraya: «Un espacio privilegiado, escuela y casa para la formación de los discípulos y misioneros, lo constituyen sin duda los seminarios y las casas de formación. El tiempo de formación es una etapa donde los futuros presbíteros comparten la vida a ejemplo de la comunidad apostólica en torno a Cristo Resucitado: oran juntos, celebran una misma liturgia que culmina con la Eucaristía, a partir de la Palabra de Dios reciben las enseñanzas que van iluminando su mente y moldeando su corazón para el ejercicio de la caridad fraterna y de la justicia, prestan servicios pastorales periódicamente a diversas comunidades, preparándose así para vivir una sólida espiritualidad de comunión con Cristo Pastor y docilidad a la acción del Espíritu».

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El Arzobispo de Lima preside la admisión a órdenes sagradas en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo / Foto: Arzobispado de Lima.

Casi don años después, el Papa Emérito Benedicto XVI, durante el discurso que pronunció a los participantes de la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina, celebrada en febrero de 2009, hizo también referencia a la importancia de la adecuada formación en los seminarios: «Hoy más que nunca, es preciso que los seminaristas, con recta intención y al margen de cualquier otro interés, aspiren al sacerdocio movidos únicamente por la voluntad de ser auténticos discípulos y misioneros de Jesucristo que, en comunión con sus Obispos, lo hagan presente con su ministerio y su testimonio de vida. Para ello es de suma importancia que se cuide atentamente su formación humana, espiritual, intelectual y pastoral, así como la adecuada elección de sus formadores y profesores, que han de distinguirse por su capacitación académica, su espíritu sacerdotal y su fidelidad a la Iglesia, de modo que sepan inculcar en los jóvenes lo que el Pueblo de Dios necesita y espera de sus pastores».

Con información del Arzobispado de Lima y CELAM.

 

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