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Passo Fundo (Martes, 19-08-2014, Gaudium Press) «Sansón, el Hércules Bíblico» es el título del más reciente artículo de Mons. Urbano Allgayer, Obispo Emérito de la Arquidiócesis de Passo Fundo, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil. En la reflexión, él afirma que Dios manifestó a ciertos personajes bíblicos el nacimiento de personas históricamente importantes y tales anuncios son realizados por Yahvé o por su mensajero, el ángel Gabriel.
Según el Prelado, el ángel del Señor anunció a la mujer de Manoa el nacimiento de Sansón, que nació en un tiempo en que los hijos de Israel, por mal procedimiento, fueron sometidos durante 40 años a la opresión de los filisteos. Mons. Allgayer explicó que los padres de Sansón recibieron la recomendación de consagrar su hijo a Dios, de abstenerse de bebidas alcohólicas y de no cortar su cabello.
Sobre Sansón, el Obispo afirma que bendecido por Dios él fue juez en Israel durante 20 años. Recuerda Mons. Allgayer que el juez era la autoridad suprema de la nación, con la misión principal de defender al pueblo contra la invasión de enemigos. Él además resalta que Sansón era un juez «sui generis», cercado de luchas en gran parte legendarias y en vez de convocar bandos de guerreros para la defensa, él solo enfrentaba a los filisteos, matándolos a los millares.
«Era él un ejército de un solo hombre, como escribe el autor judaico Moacir Scliar. Es caso único en la historia. Sansón era provisto de una fuerza increíble. Bien joven, destrozó con sus manos, sin armas, un león joven que lo agredió. Al día siguiente, en la boca abierta había un nido de miel», completa.
De acuerdo con el Prelado, cierta vez Sansón pasó la noche en Gaza, baluarte de los filisteos, que trancaron las puertas de la ciudad, para matarlo en la mañana siguiente. Sabiendo eso, Sansón se levantó a la medianoche, puso en fuga los guardias, agarró los dos portones y los transportó en la espalda hasta lo alto de la montaña de Hebrón.
«En otra ocasión, cogió un grupo de zorras de zorras, las amarró en pares por la cola, puso en las colas antorchas de fuego y las soltó en los campos de maíz de los filisteos. El trigo, los viñedos y los olivos fueron devorados por el incendio. Llenos de rabia, los filisteos lo prendieron y lo amarraron con cuerdas nuevas y fuertes. Pero Sansón en instantes rompió las cuerdas como si fuesen hilos de lana. Y con una quijada de jumento derrotó a mil filisteos», concluye. (FB)
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