Singapur (Viernes, 22-08-2014, Gaudium Press) El Sacramento del Bautismo representa un momento de extraordinaria importancia y el auténtico inicio de una nueva vida. Esto es particularmente cierto para quienes reciben los sacramentos de iniciación cristiana en su vida adulta y con mucha mayor razón lo fue para María Chan, una mujer de 73 años que recibió el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía en la parroquia de la Sagrada Familia en Singapur. Detrás de su conversión está el apostolado de Andrew Goh, un veterano catequista de 77 años que con vitalidad lleva el evangelio a las personas mayores. Su testimonio fue destacado por el servicio informativo de la Iglesia en Singapur.
El catequista Andrew Goh, quien a sus 77 años aún visita en motocicleta a los ancianos para instruirlos en la fe católica. Foto: Catholic News Singapur. |
María Chan no fue la única persona en ser admitida en la Iglesia el pasado 10 de agosto con la preparación recibida del catequista Goh. A su lado otras 10 personas recibieron los sacramentos, siendo la mayor parte de ellos mayores de 40 años. El grupo de nuevos fieles católicos fue acompañado por sus familias, quienes celebraron el acontecimiento. Joseph Chan, hermano de María, manifestó su agradecimiento a Dios por la vida sacramental de su hermana y el trabajo del catequista. «Gracias a Andrew, ella finalmente obtuvo el Bautismo», afirmó.
Andrew Goh comenzó su labor en la formación de la fe en 1993 y ha expuesto los contenidos de la fe católica en dialecto local a unas 1200 personas de tercera edad. Empleando una motocicleta, Goh se desplaza a los hogares de sus alumnos para impartir clases personalizadas y realiza catequesis grupales en las iglesias de la Novena y de la Sagrada Familia. «Incluso quienes ya se han bautizado regresan a mis lecciones», comentó el catequista con satisfacción. Los grupos de catequesis han ido aumentando el número de participantes a pesar de que el único medio de publicidad de las clases es el voz a voz entre los creyentes.
Al ser preguntado sobre si este apostolado representa un desafío difícil por su avanzada edad, Goh respondió: «No en realidad. Yo amo mucho al Señor y Él me ayuda». Hasta el momento, en las parroquias no hay un «reemplazo» para el catequista en caso de que deba retirarse por su edad y salud. «No tengo un reemplazo. Uno tiene que tener el llamado, o si no, no tiene sentido», explicó. «Yo espero que las personas que deseen ser catequistas vengan. También puedo enseñarles el dialecto. Es muy simple».
Con información de Catholic News Singapur.
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