Un catequista es contemplativo y misionero, dice Arzobispo de Buenos Aires

Buenos Aires (Viernes, 22-08-2014, Gaudium Press) El Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis de la Conferencia Episcopal Argentina ha dirigido un mensaje a los catequistas en su día invitándoles a ser verdaderos pedagogos en el proceso de la transmisión en la fe.

En su misiva el purpurado hace eco de las palabras que pronunció el Santo Padre Francisco durante el Congreso de Catequistas que presidió en Roma en septiembre de 2013. En aquella ocasión -como relata el Cardenal argentino- el Papa dijo que «el corazón del catequista vive siempre el movimiento de ‘sístole y diástole'», que no es sino la «unión con Jesús y encuentro con el otro (…) Me uno a Jesús y salgo al encuentro con los otros (…) Si hace falta uno de esos movimientos, ya no late, ya no puede vivir».

Cardenal Mario Aurelio Poli.

«El catequista es consciente de haber recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a otros. Y esto es hermoso. ¡No se queda para sí su tanto por ciento! Todo lo que recibe lo da (…) Es puro don: don recibido y don transmitido. Y el Catequista se encuentra allí, en ese intercambio del don», prosigue el Cardenal.

Continuando con esta comparación que hace el Pontífice con los latidos del corazón, el Arzobispo de Buenos Aires invita también a los catequistas a tomar conciencia del don que han recibido, «apelando a la imagen del ritmo cardiaco para ilustrar los dos momentos que no pueden faltar en la vida de los servidores del Kerigma: el contemplativo, porque se trata de un misterio al que hay que acceder por la vía de la intimidad divina, la oración personal, y por otro lado, el compromiso misionero, que late en cada catequista, invitándonos siempre a dar generosamente lo que gratuitamente hemos recibido».

En este sentido -como subraya el Cardenal Poli- los catequistas han de ser contemplativos y misioneros, siendo también los pedagogos que llevan al encuentro con Jesús y transmiten la fe, en una acción evangelizadora que implica salir al encuentro.

«Sabemos que esa expresión tiene una dirección específica: las periferias geográficas, existenciales, sociales, culturales, etc. Al Papa le interesa que salgamos al encuentro de los hermanos que no conocen a Jesús y que también necesitan de la persuasiva pedagogía de la catequesis, siendo Él mismo el que los atrae», agrega.

Al concluir el mensaje, el Cardenal Poli da gracias a Dios por los catequistas que en la Arquidiócesis de Buenos Aires «han asumido su ministerio con alegría y no se guardan nada del don recibido». «Los felicito y los bendigo de corazón y les pido que se abran con docilidad al viento del Espíritu», finaliza.

Con información de AICA.