Belo Horizonte – Minas Gerais (Jueves, 28-08-2014, Gaudium Press) «La misión de la Iglesia es continuar la misión de Jesucristo, evangelizar y congregar al pueblo de Dios en la comunidad eclesial», de acuerdo con el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Belo Horizonte, en Minas Gerais, Brasil Mons. João Justino de Medeiros, respecto al mes de las vocaciones, vivido este mes por la Iglesia en Brasil.
Entrevistado por Gaudium Press, el prelado destaca, entre las vocaciones, el llamado al presbiterado, una vez que «todo el laicado, que por el bautismo es llamado al sacerdocio común de los fieles, cuenta con el servicio del sacerdocio ministerial para la vivencia de su Fe, sobre todo en la dinámica sacramental», siendo fundamental el ejercicio de la profesión religiosa al servicio de los cristianos fieles y laicos.
Para Mons. Justino, «el mes de las vocaciones es una iniciativa muy interesante para el cultivo de las vocaciones en las comunidades». «Es preciso que toda comunidad eclesial comprenda la vocación como la fundamental experiencia humana de colocarse delante de las preguntas: ¿Mi vida para qué? ¿Para quién?», explica.
El religioso afirma que en estos últimos años, el Servicio de Animación Vocacional (SAV) o la Pastoral Vocacional y ministerios han ganado cada vez más fuerza y exhaustividad en muchas comunidades, pues «toda iniciativa que ayude, sobre todo, a los jóvenes en el discernimiento vocacional, ha de encontrar todo nuestro apoyo».
Cuando la redacción pidió a Mons. Justino que contase cómo había recibido su llamado al sacerdocio, el obispo auxiliar dijo que fue precisamente cuando participaba de la vida pastoral de su comunidad de origen.
«Allí, desde los primeros años de la catequesis, como una semilla cultivada, inicié un largo camino que se hizo bien claro y decisivo cuando estaba ya en el seminario, concluyendo la formación presbiteral inicial», relata.
En los últimos años del curso de teología, el prelado, entonces, sintió la libertad para responder al llamado de Dios, pidiendo posteriormente al obispo de su localidad para que fuese admitido en el seminario, y luego ser sacerdote. «Vivía en aquel momento una alegría interior de haber dado un paso decisivo y definitivo en mi vida», completa.
Aprovechando el tema del reportaje, Mons. Justino hizo recomendaciones a los jóvenes e interesados en seguir la vida vocacional:
«Cada joven de Fe – muchacha o muchacho – debería colocarse en la posibilidad de ser llamado a una vida de consagración a Dios en la Iglesia. Colocada la pregunta, es preciso profundizar en el discernimiento. Para esto es fundamental la disposición para abrirse al diálogo con quien tiene condiciones de escuchar y colaborar en el proceso de discernimiento que es siempre personal, costoso, profundo y liberador. Recomiendo, pues, que no se tenga miedo del discernimiento. ‘¡Vocación acertada, futuro feliz!’. Si es así, se hacer más importante el empeño por el discernimiento vocacional.»
Al final de la entrevista, el obispo auxiliar dejó un mensaje dedicado a los jóvenes y todos aquellos religiosos que sintieron el llamado de Nuestro Señor Jesucristo para la misión:
«Queridos jóvenes, Jesucristo continúa llamando. Es preciso escucharlo y entrar en diálogo con Él sin tener miedo de hacer la pregunta: ‘¿Señor, qué quieres que yo haga?’. La búsqueda de esa respuesta es el encuentro con la vocación. Si Él llama para una vocación de consagración en la Iglesia, Él precisa de su decisión para conducir sus pasos. Joven, abra su corazón para la escucha de Jesucristo», concluyó.
Por Leandro Massoni Ilhéu.
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