Ginebra (Jueves, 28-08-2014, Gaudium Press) A través de una comprometida labor diplomática y haciendo uso de su carácter de Estado independiente, la Santa Sede ha llevado a cabo una importante labor en la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, el aporte de la Iglesia en dicha organización multilateral no siempre ha sido bien comprendido, razón por la cual el Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra, Mons. Silvano Tomasi, destacó en entrevista con la plataforma Aleteia el papel que la Iglesia cumple en temas fundamentales como la protección de la familia y la construcción de la paz.
Mons. Silvano Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra. Foto: UN Geneva. |
«Nosotros los cristianos aportamos a la sociedad internacional apoyando el concepto de familia como la naturaleza lo presenta», recordó Mons. Tomasi, quien expuso los recientes avances en la firma de una declaración internacional que busca proteger a las familias. El esfuerzo de la Iglesia se encamina a aclarar la recta interpretación del mismo «dada por el contexto en el que se han elaborado los pactos internacionales y donde la idea de familia es la del matrimonio de un hombre y de una mujer en vista de la procreación de los hijos».
Este propósito, lejos de representar una postura negativa o restrictiva, es en realidad la de «mirar al futuro con optimismo», aclaró el Observador Permanente. «La continuidad de la familia humana depende del matrimonio entre un hombre y una mujer y de esta manera nosotros queremos respetar el orden de la naturaleza y al mismo tiempo apoyar a la sociedad en su camino hacia el futuro». Los tratados internacionales vigentes ratifican esta interpretación y mencionan, desde la declaración universal de los derechos del hombre de 1948 la existencia de un «derecho a la familia». En este sentido se obtuvo la permanencia de la redacción original de la declaración, que menciona a la protección «de la familia» y el rechazo de la propuesta del término «las familias», que podría dar a entender la inclusión de distintos tipos de institución familiar.
El aporte de la Iglesia también es notable en la búsqueda de la paz, ya que la Santa Sede realiza esfuerzos para promover las vías del diálogo y la prevención de los conflictos. Esta acción no es exclusivamente diplomática, como se evidencia en los países que sufren situaciones de guerra e inestabilidad social. «La presencia de los cristianos en estos focos de violencia como ayuda humanitaria y testimonio de la voluntad de dialogar, de crear puentes y paz, es un valor inestimable», recordó Mons Tomasi, quien destacó que esta labor muchas veces pone en riesgo la vida y la integridad de los creyentes. «Donde está el peligro y el riesgo, el valor de este testimonio es más precioso».
Con información de Aleteia.
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