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Erexim (Lunes, 01-09-2014, Gaudium Press) «El camino de la Fe» es el título del artículo de Mons. José Gislon, Obispo de la Diócesis de Erexim, en Brasil, y Administrador Apostólico de la Diócesis de Chapecó. En el texto, él afirma que en agosto fuimos invitados a reflexionar sobre las varias formas de vocación y, para este último fin de semana del mes, a él le gustaría recordar a los jóvenes y los catequistas, ambos protagonistas en el camino de la fe.
Según el Prelado, el joven en su recorrido de crecimiento invierte en su mañana, en su formación profesional y en la búsqueda de valores que lo realicen y den sentido a su vida, y cabe a la familia y las instituciones ayudar al muchacho en su formación. Para el Obispo, la Iglesia como madre acogió por el bautismo un nuevo hijo, y no debe abandonarlo sino ofrecerle un recorrido formativo de crecimiento en la fe, para que él mismo pueda sentirse cada vez más implicado en una comunidad y protagonista en la vida de la Iglesia.
Los jóvenes también son el presente de la Iglesia
Mons. Gislon recuerda que en su reciente viaje a Corea del Sur, en el encuentro con los jóvenes de Asia, el Papa Francisco habló de la importancia de los jóvenes para la Iglesia: «Como jóvenes cristianos -ya seáis trabajadores o estudiantes, hayáis ya iniciado una profesión o respondido al llamado al matrimonio, la vida religiosa o el sacerdocio-, no constituís parte apenas del futuro de la Iglesia: ¡sois una parte necesaria y amada también del presente de la Iglesia! Permaneced unidos unos a otros, aproximaos cada vez más a Dios, y, juntamente con vuestros obispos y sacerdotes, gastad estos años en la edificación de una Iglesia más santa, más misionera y humilde, una Iglesia que ama y adora a Dios, buscando servir a los pobres, los abandonados, los enfermos y los marginados».
Otra cuestión abordada por el Obispo dice respecto al hecho de que las familias son las primeras protagonistas en la formación espiritual de los hijos, pero en el recorrido de formación catequética de los niños y jóvenes, un papel importante también es reservado a los catequistas. De acuerdo con Mons. Gislon, ser catequista es una noble misión, pues cabe a él, de cierta forma, presentar a Jesús y preparar a los niños y los jóvenes para acogerlo en el corazón y para la vida.
«Agradezco de corazón a los catequistas y a aquellos que trabajan con los jóvenes en nuestra Diócesis y en todo lugar. Vuestra vida de fe, colocada al servicio del Reino, prepara el corazón de los hijos de la Iglesia para acoger a Jesús que dará un nuevo sentido a sus vidas», concluyó el Prelado. (FB)
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