Kiev (Jueves, 04-09-2014, Gaudium Press) Mons. Thomas Gullickson, Nuncio Apostólico en Ucrania, pidió a los católicos en el mundo no olvidar el sufrimiento de los católicos en el país, a quienes afecta la creciente tensión militar en la región. El prelado comparó la situación de Ucrania con la de otros países que sufren graves hechos de violencia y solicitó que «no nos hagamos insensibles ante el clamor de los otros, especialmente de nuestros hermanos y hermanas católicos», comentó en diálogo con CNA.
Mons. Thomas Gullickson, Nuncio Apostólico en Ucrania. |
El Nuncio ya había referido recientemente el riesgo que representaría una guerra internacional en Ucrania para la población católica de rito griego en una entrevista concedida a Radio Vaticano. Según Mons. Gullickson, la Iglesia Greco Católica Ucraniana puede estar en riesgo «en términos de persecución» por parte de los combatientes «y de otros que nunca han aceptado realmente la realidad de la bella Iglesia que existe allí, que es una de nuestras grandes fuentes de orgullo como católicos».
Testimonio en medio de las pruebas
En medio de las dificultades propias de un conflicto en ascenso, los católicos «se han puesto al servicio del pueblo, de acuerdo con sus capacidades y habilidades», de esta manera los males que los amenazan son aprovechados para un mayor acercamiento a Dios. «Las penalidades, la lucha, el peligro de este período han hecho mucho en términos de desarrollar y fortalecer una conciencia cristiana personal», explicó el Nuncio Apostólico. Si bien se trata de una situación lamentable, «ha sido un catalizador para el bien, en términos de llevar a las personas a una forma de vida más consistentemente cristiana».
En su diálogo con CNA publicado el pasado 03 de septiembre, Mons. Gullickson pidió la colaboración de todos los sectores para frenar los hechos de violencia, y pidió hacerlo de manera oportuna. «Le debemos a la gente más que una intervención de ayuda después de los hechos para curar las heridas y restaurar los servicios esenciales», comentó. Sus palabras fueron dirigidas a todo aquel «que escuche y sea capaz de tomar medidas para salvar a un vecino, dar cobijo y asistencia a grupos familiares, o evitar que familias enteras sean devoradas por el remolino».
El prelado invitó a estar dispuestos «al servicio del bien común y la verdad objetiva » y destacó el compromiso de «todos los hombres y mujeres aquí en Ucrania que dan de sí mismos desinteresada e incansablemente por la causa de la paz y por el bien de construir una nueva Ucrania donde la justicia prevalezca».
Con información de CNA y Radio Vaticano.
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