Redacción (Viernes, 05-09-2014, Gaudium Press) «En este mundo de la globalización hemos caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos concierne! (…) La globalización de la indiferencia nos hace ‘innominados’, responsables anónimos y sin rostro (…) ¡la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar!», estas palabras del Papa Francisco pronunciadas en julio de 2013 durante la Misa que presidió en la isla italiana de Lampedusa -que en los últimos años ha sido testigo de innumerables naufragios de inmigrantes procedentes de África- tocaron el corazón de Regina Catrambone, una italiana católica, quien junto con su esposo, Christopher -dueño de una empresa en Malta-, decidieron comprar un Barco para salvar a los naúfragos migrantes en el Mediterráneo.
Según relata Religión en Libertad, tiempo atrás, Regina, durante un crucero por las costas de Túnez vio cómo un abrigo flotaba sobre el agua. De inmediato se lo contó al capitán quien le dijo: «Pertenecía a alguien que probablemente ya no está con nosotros», palabras que tocaron lo más profundo de su corazón y que fueron «como un puño en el estómago», según relató la italiana.
El Papa Francisco preside Misa en Lampedusa. |
Poco después, los esposos Catrambone escucharon las palabras que pronunció el Santo Padre en Lampedusa se miraron uno al otro y se dijeron: «Hagamos algo», y vino la idea de comprar un barco de búsqueda, con su propio equipo de salvamento y material moderno. De donde nació también MOAS, una asociación dedicada a salvar vidas en el Mediterráneo.
«Si podíamos comprar otra casa en Saint-Tropez, podíamos comprarnos nuestro propio barco. Podíamos haber comprado un bonito yate de lujo con este dinero, pero decidimos no hacerlo, porque creemos que la vida de las personas que mueren en el mar es más importante», añadió Regina.
El barco «Phoenix 1» cuenta con 40 metros de largo y un grupo de expertos médicos y técnicos que van a bordo, además de dos lanchas para una rápida intervención. Adicionalmente, posee 2 drones, con los que es posible detectar embarcaciones en peligro.
Para realizar su primera misión salvando vidas, la gran embarcación recibió la bendición con agua de Lourdes y se celebró a bordo una Santa Misa con todo el equipo de técnicos y médicos, además de la familia Catrambone. Una bendición que ya dió resultados el pasado agosto cuando el barco rescató a 20 migrantes, procedentes de Siria y Palestina, quienes estaban a punto de naufragar cerca al sur de Malta.
La familia Catrambone también están animando a otras familias acaudaladas para que, como ellos, se involucren con esta acción humanitaria y rompan, como dijo el Santo Padre, con la «globalización de la indiferencia». «Colaboraremos en las misiones de búsqueda y rescate al igual que cualquier otro barco pesquero o de mercancías a los que a veces se les pide ayude», agregó Christopher.
Con información de Religión en Libertad.
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