Ciudad del Vaticano (Viernes, 17-07-2009, Gaudium Press) Era un miércoles, 16 de julio de 1969. Antes de que millones de personas del mundo entero acompañasen asombradas por la TV, cinco días después, una de las mayores conquistas de la historia de la humanidad, la de la luna, el entonces Papa Pablo VI comentó en su audiencia general de la semana el hecho que estaría por ocurrir. La reflexión de la audiencia fue justamente sobre el viaje del Apolo 11 que partía desde Cabo Cañaveral, en Florida, EE. UU., aquel mismo día.
Pablo VI dijo que la «empresa audaz, que tiene la atención de todos, nos obliga a mirar a lo alto, más allá del campo terrestre, para recordarnos la inmensa y misteriosa realidad en la cual nuestra mínima vida se desarrolla.»
Además de la audiencia del 16 de julio, Pablo VI dedicó también otros discursos a ese acontecimiento, como el Ángelus del día 13 de julio de 1969 y el de la audiencia de la semana siguiente al del día del viaje, el 23 de julio. Dos meses después publicó reflexiones con el título de «El lenguaje del Cosmos y el Principio del Creador».
«La ficción científica se vuelve realidad«, comentó Pablo VI en el primer discurso del 13 de julio sobre la conquista de la Luna, para después preguntar: «¿quién es ese ser capaz de tal hazaña? ¿Tan pequeño, tan frágil, tan similar a un animal, que no cambia y no supera solo los confines de los propios instintos naturales y es tan superior, tan victorioso sobre el tiempo y el espacio? ¿Quiénes somos nosotros?» En aquella ocasión, el Papa habló sobre el relato bíblico de la creación, sobre el Cielo y la Tierra, sobre la potencia del hombre, de su pensamiento, su deseo y posibilidades técnicas.
Hace 40 años, la nave Apolo 11, llevando a bordo a los astronautas americanos Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, despegaba de Cabo Cañaveral en Florida, EE.UU., en una «corrida» tecnológica con los soviéticos de la Guerra Fría, para una de las más osadas misiones espaciales. Los tres llegaron a la Luna después de cinco días, el 21 de julio de 1969 (fecha europea). Tres años después, otros 15 astronautas de los EUA realizaron lo mismo. Los tres primeros astronautas fueron recibidos en audiencia por Pablo VI el 16 de octubre de 1969.
El día 21 de julio, directamente desde Castelgandolfo, el Papa Pablo VI los saludó: «Aquí les habla, astronautas, desde su observatorio de Castelgandolfo (Specola Vaticana), cerca de Roma, el Papa Pablo VI. ¡Honor, saludos y bendiciones a ustedes, conquistadores de la Luna, pálida luz de nuestras noches y nuestros sueños! Lleven a ella, con su viva presencia, la voz del espíritu, el himno a Dios, nuestro Creador, nuestro Padre. Nosotros estamos cerca de ustedes con nuestros votos y nuestras oraciones. Les saludo con toda la Iglesia católica el Papa Pablo VI.»
En la ocasión, una pequeña bandera del Vaticano fue llevada en la misión con los astronautas, que trajeron a su vuelta fragmentos lunares de regalo al Papa. El material, hasta hoy se encuentra en exposición en los Museos Vaticanos.
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