Celebran al Señor y Virgen del Milagro en Salta, Argentina, con multitudinaria peregrinación

Salta (Miércoles, 17-09-2014, Gaudium Press) «¡Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos! Unidos en el Espíritu y animados por Él estamos aquí. ¡Míranos, Señor del Milagro! Junto a tu Madre Bendita, María del Milagro, y en la profundidad de nuestras conciencias, purificadas por el caminar peregrino y por la Reconciliación celebrada, queremos encontrarnos contigo», con estas palabras Mons. Mario Antonio Cargnello, Arzobispo de Salta, inició la renovación del pacto de fidelidad del pueblo salteño con sus patronos: el Señor y la Virgen del Milagro.

Esta renovación ha tenido lugar el pasado lunes 15 de septiembre en el marco de la Solemnidad del Señor del Milagro y la multitudinaria peregrinación, toda una tradición en Argentina, que en esta oportunidad reunió a unos 850 mil fieles, según datos ofrecidos por la policía local, muchos de los cuales recorrieron cientos de kilómetros a pie, venían procedentes de diversos puntos de Salta, de varias provincias argentinas y de los países aledaños.

La procesión del Señor y la Virgen del Milagro es una de las más antiguas y de las más concurridas, reuniendo en los últimos años más 800 mil fieles / Foto: Néstor Troncoso.

«Sembremos la alegría del Milagro y el encuentro renovemos», fue el lema de la solemne procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro de este año. El camino procesional inició a las 15:00 horas desde la Catedral Basílica de Salta, con rumbo al monumento 20 de Febrero. Eran unas 15 cuadras repletas de fieles quienes a una sola voz exclamaban: «Señor, Tú eres Nuestros y nosotros somos Tuyos», según relata la agencia AICA en una nota de prensa.

Fue en este lugar, y en el contexto de la celebración Eucarística, donde el Arzobispo de Salta, junto con los fieles peregrinos, renovó el pacto de fidelidad del pueblo con los patronos salteños. «Frente a Ti nos descubrimos tierra, tierra seca por nuestros pecados, por nuestros rencores. Tierra agrietada por la división en nuestras familias, por el enfrentamiento entre sectores, por la inequidad en nuestra sociedad, por la inseguridad en nuestros pueblos. Tierra seca pero ávida, sedienta. Tierra sedienta de verdad, de amor y de vida. Tierra que necesita el agua de tu Misericordia y la semilla de un tiempo nuevo. Tierra que te mira y te suplica: ¡Siembra, Señor, siembra! Siembra en el corazón de tu pueblo, de todos y cada uno de nosotros, semillas de ese tiempo nuevo», oró el prelado.

Luego llamó a todos a recuperar lo que denominó «la amistad social»: «Para nosotros, cristianos, que profesamos nuestra fe en Dios, Padre todopoderoso, la exigencia de la amistad se eleva a un compromiso de fraternidad social. Ciudadanos de este mundo, no podemos mirar al otro sino como hermano, como así lo mira el Padre».

En este sentido afirmó que «se trata de un compromiso que brota de nuestra fe en Cristo, que amó a su patria hasta derramar lágrimas por Jerusalén. Porque nuestra fe ilumina y transforma la vida ciudadana. Nuestra fe da vida a la preocupación por el desarrollo integral de todos los hermanos, en particular de los más pobres. Se trata de una cuestión de solidaridad».

Nuestra Señora del Milagro de Salta / Foto: Diego Gabriel.

Al concluir, Mons. Cargnello agradeció a todos los peregrinos: «Ustedes, hermanos peregrinos. Ustedes, hermanos devotos del Señor y de la Virgen. Los que están aquí y los que nos visitan a lo largo del año (…) Gracias por venir, gracias por animarnos. Llévense del Señor todo el amor que Él les quiere dar, de la Virgen el tierno abrazo de la madre fiel e intercesora. Llévense, de cada cristiano de Salta, de cada salteño, el corazón que les dice: Hasta la próxima».

El Culto al Señor y la Virgen del Milagro data del año 1692, siendo uno de los más antiguos de la nación Argentina y uno de los de mayor convocatoria superando en estos últimos años los 800 mil fieles. De acuerdo con narraciones históricas, la imagen del Señor del Milagro es del1592, tiempo en el cual Fray Francisco Vitoria, entonces Obispo de Tucumán, concretó la donación al pueblo de Salta de un Cristo crucificado que se destinaría a la Iglesia matriz.

Se cuenta que cien años después de la llegada de la venerada imagen a salta, el 13 de septiembre de 1692, un fuerte temblor movió a la ciudad de Esteco dejándola en total ruina, un movimiento que también se sitió en Salta sin mayores daños. Dicen que por entonces en la Iglesia se hallaba una imagen de la Virgen Inmaculada, propiedad de una familia pudiente, la cual habían dejado en el templo por unos días. Aunque Salta no fue destruida por el temblor, la Iglesia sí sufrió graves daños. De acuerdo con la tradición se cuenta que unos habitantes ingresaron al lugar hallando la imagen de la Virgen en el suelo y a los pies de Cristo, hecho que se interpretó como si la Madre de Dios hubiese pedido la intercesión de su Hijo para proteger la ciudad. Desde esa oportunidad ambas imágenes fueron llamadas el Señor y la Virgen del Milagro, realizándose cada año una procesión para recordar tal hecho prodigioso.

Con información de AICA y La Nación.