Milán (Jueves, 18-09-2014, Gaudium Press) Vatican Insider ha publicado un artículo firmado por el Cardenal Angelo Scuola, arzobispo de Milán, sobre la situación de las personas divorciadas y con un nuevo vínculo, y su acceso a los sacramentos.
El purpurado italiano expresa allí que «ciertamente, en la Eucaristía, bajo ciertas condiciones, está presente un aspecto del perdón, entretanto no es éste un sacramento de sanación. La gracia del misterio eucarístico actúa la unidad de la Iglesia como esposa y cuerpo de Cristo y esto exige en quien recibe la comunión sacramental la objetiva posibilidad de dejarse incorporar perfectamente a él».
«A la luz de esta relación intrínseca -continúa el Cardenal- hay que decir que lo que impide el acceso a la reconciliación sacramental y la Eucaristía no es un solo pecado, siempre perdonable cuando la persona se arrepiente y pide perdón a Dios. Lo que hace que sea imposible el acceso a estos sacramentos es en cambio el ‘estado’ (condición de vida) en la que aquellos que han establecido un nuevo vínculo vienen a encontrarse. Una condición que pide ser cambiada para poder corresponder a cuanto se actúa en los dos sacramentos».
El Cardenal Scola expresa que el no acceso a los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía para las personas en cuestión, no debe verse como una punición, sino como «la indicación de un camino posible, con la ayuda de la gracia de Dios y la inmanencia en la comunidad eclesial».
Sobre las causas de nulidad matrimonial, el Cardenal Scuola mencionó los pronunciamientos magisteriales recientes acerca de la relación entre fe y sacramento del matrimonio. «De hecho la relevancia de la fe en orden a la validez del sacramento de matrimonio es uno de los temas que la condición cultural actual, sobre todo en Occidente, obliga a evaluar con mucho cuidado».
Acerca de los procesos canónicos de nulidad, el purpurado habló, «a título puramente ejemplificativo», de la posibilidad de «la presencia en cada diócesis (o en un conjunto de pocas diócesis) de un servicio de escucha de las situaciones de los fieles que tienen dudas acerca de la validez de su matrimonio».
«En términos concretos, se podría sugerir verificar la viabilidad de la hipótesis, sin duda, compleja, de dar vida a un proceso canónico no judicial y teniendo como referente último no un juez (o colegio de jueces), sino el obispo o su delegado. Me refiero a un proceso regulado por la ley de la Iglesia, con el método formal para la obtención de pruebas y la evaluación de las mismas».
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