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Tirana (Lunes, 22-09-2014, Gaudium Press) Ayer el Papa visitó en Albania el Centro Betania, que atiende niños inválidos, y adonde llegaron representantes de otros centros de caridad del país. El Pontífice agradeció la acogida que le fue brindada, pero sobre todo «la hospitalidad que cada día dan a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo».
El Papa Francisco señaló a los presentes que la visita de sitios como ese permiten la confirmación de la fe «se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazón de personas tocadas por el Espíritu de Jesús, que decía: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí» (Mc 9, 37). Esta fe que actúa en la caridad mueve las montañas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y difundirlo. La Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y está vivo en medio de nosotros pasa a través de gestos humildes y simples de servicio a los pequeños».
El Pontífice les manifestó que cultivar la bondad, como allí se hace, tiene como recompensa una conciencia tranquila. «El bien es premio en sí mismo y nos acerca a Dios, Sumo Bien. Nos hace pensar como Él, nos hace ver la realidad de nuestra vida a la luz de su proyecto de amor para cada uno de nosotros, nos permite disfrutar de las pequeñas alegrías de cada día y nos sostiene en las dificultades y en las pruebas».
El Papa tuvo también una palabra de elogio para los voluntarios del Centro que «desde hace 15 años se sacrifican con alegría por amor a Jesús», y les confirmó que «entregarse por amor a Jesús produce alegría y esperanza», además de aseverar que «servir a los hermanos se transforma en reinar con Dios».
«El secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor. Ahí se encuentra la fuerza para ‘sacrificarse con alegría’, y el compromiso más exigente se convierte en fuente de mayor alegría. Así no asustan las opciones de vida definitivas, que aparecen, a su verdadera luz, como un modo de realizar plenamente la libertad personal», dijo el Papa.
Finalmente el Pontífice entregó el Centro Betania y la Asociación de obras de caridad del país en las manos de Jesús y su Madre bendita.
Con información de Radio Vaticano
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