Redacción (Martes, 23-09-2014, Gaudium Press) Ella es una Madre que mucho le ama y, muy probablemente usted la ama mucho.
Ella nos hizo un pedido a todos, por tanto a usted también. ¿Usted lo atendió?
Es la mejor de las madres, es la que Dios escogió para sí mismo: Nuestra Señora. Ella apareció en Fátima en 1917 a los tres pastorcitos.
En la aparición del 13 de julio de 1917 la Virgen anunció que daría a conocer al mundo una nueva devoción, que también era un pedido: «Vendré a pedir la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados».
Y efectivamente, años después apareció a la pastorcita Lucía -entonces ya religiosa dorotea- a quien dijo:
Mira, mi hija mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos en todo momento me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, ve de consolarme, y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado: se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen un rosario y me hagan quince minutos de compañía meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de esas almas.
Atendiendo este pedido – ¡pedido de Madre! – en el mundo entero se realizan celebraciones de la comunión reparadora de los cinco primeros sábados, los primeros sábados de mes.
La Virgen pidió en Fátima reparación, pidió el rezo constante del Santo Rosario, pidió «sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno, mas no tienen a nadie que rece y haga sacrificios por ellos», mostró el camino dela devoción a su Inmaculado Corazón.
Todos estos son pedidos de Madre que quiere el bien de sus hijos. No queda más sino ser hijos solícitos a los anhelos de la mejor de las madres y atender sus pedidos.
Deje su Comentario