viernes, 22 de noviembre de 2024
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"En Schoensttat todo gira entorno al Santuario" – La historia del P. Kentenich y su obra

Pozuelo de Alarcón (Jueves, 25-09-2014, Gaudium Press) Nace el movimiento apostólico de Schoensttat el día 18 de octubre de 1914, siendo fundado por el Padre Palotino alemán José Kentenich (Gymnich-1885, Vallendar- 1968). Es por ello uno de los movimientos apostólicos más antiguos de la Iglesia.

El Padre José Kentenich fue un sacerdote forjado en la adversidad. No tuvo una infancia fácil. Fue hijo natural y por ello se crió en casa de sus abuelos maternos. José tomó el apellido de su madre. Su madre se vio obligada por la adversidad económica a dejarle en el Orfanato de Oberhausen, cuando tenía la edad de 8 años, era el año de 1894.

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Padre Kentenich

Fotos: www.pater-kentenich.org

Antes de dejarle, su madre, Catalina Kentenich, encomendó al pequeño José a la Santísima Virgen María, implorándole que fuera ella quien ejerciese de madre en toda circunstancia y momento, ante su imposibilidad de hacerlo.

José se convierte en sacerdote

José se consagró como sacerdote en la orden de los Palotinos (orden italiana fundada por San Vicente Pallotti de marcado carácter apostólico), con presencia en el sur de Alemania, en concreto en el valle de Schoenstatt en la localidad de Vallendar, muy próxima a Koblenz (Coblenza) unión de los ríos Rhin y Mosela. El 8 de julio de 1910 fue ordenado sacerdote en Limburgo, en la Capilla de la Casa de Misiones de la Sociedad Palotina, celebrando su primera Misa dos días después.

Durante sus años de estudio fue reconocido como un estudiante brillante, con una inteligencia que sorprendía a profesores y compañeros por igual, destacaban no sólo su gran capacidad intelectual, sino también su inclinación hacia la búsqueda y profundización de la verdad. Sus profesores recuerdan su espíritu crítico y su profundidad intelectual, muy superior al resto de sus compañeros
Encargado del seminario menor, trabajó allí con los estudiantes durante varios años, ejerciendo de director espiritual de los mismos. El P. Kentenich pide a sus superiores que le dejen ocupar en el recinto del seminario una pequeña capilla abandonada dedicada a San Miguel. Así el 19 de abril de 1914 funda con los jóvenes una congregación mariana.

Próxima la primera guerra mundial, ante el caso social y moral reinante en la Alemania de principios del siglo XX, el Padre José decidió con sus jóvenes discípulos sellar en la pequeña capilla de San Miguel una Alianza, llamada de amor, con la Santísima Virgen María, por la que le imploran que Ella fuese desde entonces su guía y educadora a cambio de la fidelidad espiritual de todos ellos, plasmada en obras, sacrificios, vida de oración, darse a los demás etc. , que denominaron «capital de gracias», para que Ella lo emplease en beneficio de terceros, solicitándole a la par a la Santísima Virgen que se estableciese en el citado lugar creando un Santuario para desde allí derramar sus gracias a todos los que acudieran a visitarle y a encomendar su vida a Cristo, bajo el lema «Nada sin Ti, nada sin nosotros», en respeto a esa alianza contraída. Tal hecho aconteció el 18 de octubre de 1914, momento que se considera de fundación del movimiento. En el transcurso de la guerra, muchos de los Congregantes fallecieron en acción, demostrando muchos de ellos el cumplimiento de sus promesas de consagración a la Santísima Virgen de manera verdaderamente heroica.

Nace el Santuario de Schoensttat

Nace el Santuario de Schoenstatt, al poder constatar con el paso del tiempo el Padre José y esos primeros jóvenes congregantes la fuente de gracias que brotaba, y sigue brotando del mismo ante la gran cantidad de conversiones espirituales que acontecían entre las personas que acudían a visitarlo.

Del Santuario de Schoenstatt vierte la Virgen tres gracias muy concretas. El acogimiento, la transformación interior y el envío apostólico. El que llega se siente amparado por la misma, transformado interiormente y con el ansia de transmitir al mundo el inmenso regalo de la fe.

Pronto sintió el Padre Kentenich la vocación universal de la obra de Schoenstatt, con el fin de servir en todo el orbe a la Santa Madre Iglesia. El Padre José fue siempre un profundo hombre de Iglesia, y puso su obra, con todos sus aciertos y sus errores al servicio de la misma. Como epitafio reza en su lápida: «dilexit ecclesiam» (amó a la Iglesia).

1.jpgEn 1919 y 1920 se funda la Federación Apostólica de Schoenstatt y la Liga Apostólica de Schoenstatt respectivamente, con la intención de expandir el carisma mariano más allá de los jóvenes seminaristas palotinos. Rápidamente las mujeres comienzan a llegar a Schoenstatt, y a participar de la espiritualidad de consagración mariana a través de la Alianza de Amor, fundando en 1920 la Federación de Mujeres de Schoenstatt bajo la asistencia sacerdotal del P. Kentenich. Más tarde, en 1926, con algunas de las primeras mujeres, el P. Kentenich funda el primero de los seis Institutos Seculares que forman parte de la Obra de Schoenstatt: las Hermanas de María de Schoenstatt, instituto secular de vida consagrada. A partir de 1933, el P. Kentenich envía grupos de Hermanas de María como misioneras al extranjero, compartiendo la espiritualidad schoenstattiana en rincones alejados del mundo como Sudáfrica, Sudamérica, Norteamérica y Australia. Así hoy Schoenstatt tiene presencia en los cinco continentes, en los que se fueron construyendo réplicas del santuario original, y desde los que se derraman idénticas gracias.

En Schoenstatt todo gira entorno al Santuario, al que sus miembros se anclan por la alianza de Amor con María, el gran regalo de Schoenstatt a la Iglesia y al mundo.

El Padre José pasó por otros muchos avatares durante su vida, siendo encarcelado por el movimiento nacional socialista de Hitler durante la segunda guerra mundial en la prisión de Coblenza y trasladado posteriormente al campo de trabajo de Dachau, dónde pasó toda suerte de penalidades, dada su frágil salud, pero de dónde su espíritu salió enormemente reforzado para la consecución de su obra. También sufrió el exilio impuesto por la propia madre Iglesia (lo que sin duda resultó muy duro para él) al no comprenderse entonces bien la magnitud de su obra y su espíritu postconciliar (Concilio vaticano II), siendo finalmente rehabilitado y colocado de nuevo al frente de la misma por Su Santidad Pablo VI.

Nace el Movimiento Apostólico

Schoenstatt se constituyó con un movimiento federativo, en el que se pretendía dar cabida a todas las realidades sociales para que cualquier persona tuviese un lugar en la Iglesia. Se crearon ligas de familias, jóvenes, niños madres, mujeres y hombres solteros etc… y finalmente diversos institutos seculares de sacerdotes y hermanos y hermanas con diferentes grados de compromiso y votos.

Schoenstatt es pues un movimiento mariano apostólico de vida, en el que se aprecia con gran sensibilidad la labor corredentora de María en la salvación del hombre. En Schönstatt se vive la fe con un sentimiento profundamente vital, como así la entendió el Padre Kentenich, y con profunda confianza en la divina providencia (fe práctica en la divina providencia), y con respeto absoluto a la originalidad de cada uno de los fieles que se acercan al mismo. En Schoenstatt se crea familia, una familia alegre, sana, consciente de los problemas del hombre y la sociedad, y se intenta dar respuesta a los mismos con el paraguas de la fe, y con la gestación de vínculos (a las ideas, lugares y personas). El Santuario es la casa de todos y la Alianza de Amor con María el pilar que lo sostiene. Sin las contribuciones de todos sus miembros al capital de gracias al que antes aludíamos, Schoenstatt quedaría vacío de contenido, moriría irremediablemente. Es la fidelidad de sus miembros la que permite que María siga actuando día a día en y desde cada uno de los santuarios, transformado corazones.

Schoenstatt es también un movimiento con fuerte carga pedagógica (la autoformación). Tal actividad la desarrolla a través de los colegios que ha ido fundando en los distintos lugares dónde se ha ido estableciendo a los largo de sus 100 años de vida

Su obra apostólica se traduce en multitud de actividades de sus, Institutos, Federaciones y ligas. Se viven encuentros en familia, se imparten cursos de formación, se dan conferencias, la obra familiar, los grupos de matrimonios, al igual que los de jóvenes, viven misiones, campamentos, peregrinaciones etc, … se reúnen mensualmente para mantener viva su fe en grupos de vida. Schoenstatt misiona por todo el orbe, y ha lanzado a la Virgen Peregrina por los cinco continentes, dónde visita hogares, hospitales, centros de ayuda y trabajo, haciendo visible nuestro ser sobrenatural allí dónde decide instalarse.

Este año Schoenstatt vive con esperanza la celebración de los 100 años de su fundación. Habrá para ello un gran encuentro en Vallendar (Alemania) en el santuario original, y después una recepción con el Santo padre Francisco en el Vaticano, para seguir ofreciendo ala Iglesia el carisma de Schoenstatt. El Santo Padre ha concedido durante todo este año jubilar, que dura hasta el 18 de octubre de 2014, la indulgencia plenaria en todos los Santuarios de Schoenstatt.

Schoenstatt sigue vivo con el único fin de seguir sirviendo a la Iglesia.

Por Ramón Menéndez-Pidal

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