Quebec (Jueves, 25-09-2014, Gaudium Press) Las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario (Souers de Notre-Dame du Saint-Rosaire) en Quebec, Canadá, están de fiesta a causa del reconocimiento por parte del Papa Francisco del milagro que llevará a su fundadora, Sor Marie Elisabeth Turgeon, a la beatificación. Pero probablemente la más feliz receptora de esta noticia sea la Hna. Rita Bérubé, religiosa de 94 años y vicepostuladora de la causa, quien por su avanzada edad ha creído que no llegaría a ver a la próxima Beata en los altares.
Venerable Hna. Marie Elisabeth Turgeon. Foto: Souers de Notre-Dame du Saint-Rosaire |
«Ella está muy feliz a causa de las noticias», comentó la Hna. Ann Adams, religiosa de la misma comunidad, al informativo The Catholic Register. «Cada vez que comparte noticias con la congregación, todas las hermanas están contentas. Y la Hna Rita está muy sorprendida por la velocidad con la cual se ha movido la causa porque ella ha estado en esto mucho tiempo». La Orden, que fue fundada inicialmente con el nombre de Hermanas de las Escuelitas (Soeurs des Petites-Écoles) en Rimouski, Canadá, y cuenta actualmente con 342 religiosas en Canadá, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Estados Unidos.
El milagro
La Venerable Hna. Marie Elisabeth Turgeon vivió tan sólo cuarenta años, pero dejó un valioso legado en una Orden dedicada a la formación de educadores al servicio de los habitantes de los lugares más apartados de la provincia. De la religiosa se destaca su humildad, pobreza religiosa y espíritu de generosidad, además de la audacia requerida por su carácter de fundadora. Sus virtudes, que fueron analizadas y certificadas como heroicas por la Santa Sede, son ahora comprobadas a través de un hecho extraordinario: la curación inexplicable de un enfermo de cáncer.
El beneficiario del milagro es Michel Boucher, un hombre de 38 años y padre de tres hijos que en 1991 fue diagnosticado con un tipo de cáncer raro y comúnmente incurable, razón por la cual recibió un pronóstico de apenas dos meses a un año de vida. «Su reacción y la de su esposa fue la de enfrentar el veredicto y decir: ‘Dios está con nosotros'», según el relato de la vicepostuladora, la Hna. Bérubé.
Providencialmente, Boucher recibió atención por parte de una enfermera que le habló de la Madre Elisabeth Turgeon y del llamado a pedir un milagro que confirmara su causa de beatificación. «¿Por qué no yo?», fue la respuesta del paciente. «Tan pronto como recibió la estampa, miró a (la Venerable) Elisabeth y oró con fervor, y su familia se unió a él en oración». Según el reporte, la salud del padre de familia inició una extraordinaria recuperación y el cáncer desapareció por completo. El caso de esta curación inexplicable «ha sido estudiado por los doctores, los teólogos, los Cardenales y Obispos», relató la religiosa. El proceso culminó con éxito con la aprobación final del Santo Padre.
La Hna. Bérubé, quien podría cumplir su deseo de ser testigo de la beatificación de la Venerable Marie Elisabeth Turgeon – aún sin una fecha determinada -, afirma que siempre ora a la próxima Beata. «Yo hablo de ella para hacerla conocida y le permito a ella ayudar a otros alrededor mío», relató la religiosa. Una vez se realice la beatificación de la fundadora, el proceso continuaría hacia su canonización, para la cual sería necesario un segundo milagro.
Con información de The Catholic Register.
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